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Norman Mailer es uno de mis escritores preferidos. Recuerdan el performance de Lennon, en la cama desnudo, un cuarto de hotel con Yoko, todos colocados cantando aquello de «give a peace a chance»…
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Hare…Quién es Mailer. Un jodido genio de los de verdad, no de los que se disfrazan para andar por la vida en mascaras de oropel. Norman iba desnudo. Se jugó la vida. O mejor iba por el mundo en ‘passing time’ -como dicen los americanos del norte nevado y brutal. Mailer era de esos tipos brutales, de esos que pueden desarmar la belleza y la intemperie de la que se cobijan los tontos, los censores, las estrellas del pop y el porno.
No es de extrañar que Lennon lo citara, junto a Dylan, Leary, Ginsberg, Ono…
El sábado me leí de un tirón “Fuera de la Ley. Los mejores ensayos”. Es como leer la Wikipedia pero colocada con LSD. Mailer nos habla del feminismo y Marilyn Monroe, del terrorismo y la plusvalía, de Reagan y el clan Bush, de los escritores americanos, los hipsters y Freud, la pena de muerte y las corridas de toros. Un intenso recorrido por una de las mentes más prodigiosas del siglo XX. Todo en América no es banalidad o la simpleza de los multimillonarios en sus mansiones con ferretería de oro, existen igual sutilezas y mentes provocadores a contracorriente.
La recopilación va desde ensayos con fecha de 1948 hasta el 2007. Beligerantes y poderosos. “Parte de la mejor prosa de Norteamérica se encuentra sobre las paredes de los baños para hombres. Es prosa escrita en hueso, mordida por el ácido, es la prosa de la verdad áspera, la virulencia del criminal que nunca encontró sus paredes de piedra y se conforma con las paredes del baño, es el lenguaje del odio sin el estorbo de la culpa, la vacilación o el escrúpulo o la complejidad”. Escribe Mailer para referirse a Burroughs.
Un Norman profético. Escribía en el 2003 “Ganar un imperio. Perder la democracia”. “En realidad, la democracia es la condición especial: una condición que seremos llamados a defender en los años que vienen. Eso será enormemente difícil debido a la combinación de corporación, militarismo y la investidura completa de la bandera con los deportes para los espectadores masivos ya han plantado una atmosfera pre fascista en Norteamérica”.
Y Norman sabía lo que era el fascismo, luchó contra él en la Guerra del Pacifico. Escribió dos de los libros fundamentales para entender la guerra y los hombres que las engendran: “Los desnudos y los muertos” y “El Castillo en el Bosque”. Dos libros tan distintos pero estremecedores pues narran eso que la filósofa judía Hannah Arendt describía como la “banalidad del mal”.
“La gran esperanza no tiene un asidero real a menos que uno esté dispuesto a enfrentar el destino funesto que también puede estar en camino”.
¿Leí LSD en alguna parte? ya estoy metido en google buscándolo, hux, de dónde diablos tú eres macho? de labana?, me mudo en unas semanas, habrá que vernos para tertuliar alguna vez
La primera tertulia en labana es conmigo Ricitos K..
Besos a ambos!