Derecho a la libertad de conciencia.
La libertad de conciencia, entre ella la religiosa, el Estado Laico, está en evidente retroceso desde Washington hasta Moscú, las viejas y nuevas alianzas entre las fuerzas más reaccionarias de la historia humana continúan en perenne vigía regulatoria en contra de nuestras libertades inherentes.
El Supremo Tribunal de Rusia prohíbe a los Testigos de Jehová, mañana pueden ser los evangelistas, los judíos, cualquier otro ‘ismo’.
Las exenciones fiscales que en los EE.UU se les brinda a las ‘iglesias’ han convertido a algunas sectas -como los propios Testigos de Jehová o la Cienciología- en verdaderas trasnacionales multimillonarias en el negocio de la fe. Ahora, Trump les da además el beneplácito legislativo de utilizar los beneficios fiscales del Estado para que sus códigos internos de conducta y sus dogmas puedan ser transferidos desde la esfera pública al debate político.
Desde el otro escenario monoteísta está el sostenido progreso en el establecimiento de un Califato Universal, un Estado como encarnación del Misericordioso dentro de la historia de los hombres y el Islam como única religión verdadera.
El derecho a la libertad de conciencia y de religión se debe entender en primer lugar como un ámbito de libertad del individuo, como derecho humano, conquistado en la lucha contra el poder, y por sobre todo contra los poderes religiosos, que son los que en esencia se oponen a la libertad de conciencia; y, aunque resulte paradójico, a la propia libertad religiosa. La separación del ámbito secular del religioso no se produjo sin uso de las armas. Sin la violencia de una u otra parte. En la España de Torquemada sin dudas había mucho menos libertad religiosa que en las Casas Blancas habitadas por Trump o Putin.
El debilitamiento del Estado Laico a favor de las Religiones de Estados.
En occidente ninguna de las confesiones cristianas con relevancia histórica o política se inclinó de forma voluntaria a favor de una interpretación con efectos restrictivos sobre su autoridad del dicho de Jesús en el Evangelio de Marcos 12:17 (“¡Dad al César lo que es del César y dad a Dios lo que es de Dios!”).
Con la reforma protestante y la aparición de las Iglesias de Estado sólo se había conseguido la completa independencia para los príncipes reformados de a la tutela de Roma pero ninguna concesión para el pueblo o el individuo de adoptar una fe que no sea la declarada oficial del Estado. El individuo, de todos modos, hasta la Ilustración o el Renacimiento tardío, era filosófica y jurídicamente inexistente.
Sólo a partir de la ilustración y las exigencias de un Estado que deje libre un ámbito personal protegido contra toda mediación de las autoridades para contra el individuo (Estado gendarme) y con el iusnaturalismo y la escisión entre una legislación divina y una claramente hecha por seres humanos, se pudo teorizar un derecho a pertenecer (de forma individual) a una religión que no sea la impuesta por el Estado (personificado en el monarca absoluto).
La organización social y política de la religión pasó en términos de Max Weber, de ser concebida como una institución (Anstalt) en la que uno nace a una asociación (Verein), a la que el individuo puede adherirse. Puede incluso sentir la necesidad de no adherirse o suscribirla en su oficialidad. Es evidente que la tipificación que acabamos de proponer es muy discutible ya que un porcentaje muy pequeño de las personas cambian de religión. El individuo sigue naciendo dentro de una comunidad de fe. Aspectos sociales, culturales y políticos así lo definen.
La diferencia consiste en que ya no define el soberano del territorio la religión de sus súbditos, sino los padres eligen la de sus hijos. O las tradiciones culturales, o la inercia nacionalista, o las imposturas antropologicas. Por ejemplo, a los esclavos se les bautizaba en su buena nueva cristiana borrando siglos de tradiciones y experiencias de vida, pero los esclavos no eran «individuos», eran «propiedades». (A Dios lo de Dios a César lo del César). No parece sorprendente entonces la confusión entre la identidad como creyente católico y «cubano» que describe un Padre Varela dentro del pensamiento nuestro del siglo XIX. Pues antes de la Ilustración la nacionalidad de un individuo suele definir a la vez su confesión (sea o no practicante). Como un pesado lastre entre nacionalismo y confesión. Es el caso por ejemplo de Rusia, donde el nacionalismo ruso intenta preservar la Iglesia Ortodoxa como sinónimo de nacionalidad. O el Evangelismo o el Cristianismo fundamentalista entre los asesores de Trump.
Estamos asistiendo a los esfuerzos por parte de las elites económicas y políticas de reproducir las Iglesias de Estados, como forma de asumir la defensa del nacionalismo; ya sea el nacionalismo de Trump o Putin. Pero también de los Imanes que se mueven entre Irán y las guerrillas urbanas de ISIS en Mosul.
El debilitamiento del Estado Laico a favor de las Religiones de Estados.
El sistema laico es aquel que impone una estricta separación entre los dos ámbitos. No obstante, no existe, un consenso general en la doctrina acerca de los “efectos secundarios” sobre la libertad de conciencia y religiosa que pueda tener el mantenimiento de una Iglesia de Estado. Se habla a la vez de una clara tendencia hacia la laicidad en el seno de todos los sistemas democraticos de gobernanza y de una tensión permanente o una contradicción in terminis entre el concepto de Iglesia de Estado y la libertad de conciencia y de religión. Podemos ver el caso de China o Singapur en el lejano Oriente.
No obstante, no sólo las religiones, en tanto sistemas metafísicas de representación del sentido del mundo, sino también las ideologías laicistas – extremo opuesto -, el teórico Voegelin las llama religiones políticas, han llegado a reclamar de forma sanguinaria su exclusividad y valor universal. Los actuales acontecimientos así lo parecen demostrar. Peor se intenta infantilizar el hecho, y sus consecuencias, al plano de los objetivos de valor y exclusividad que ellos mismos enfrentan.
Las Constituciones de los Estados europeos, adoptadas después de la Segunda Guerra Mundial y la carnicería provocada por parte de los Estados totalitarios, basados en el fundamento ideológico de las religiones políticas, que se habían proclamado laicistas, recogen todas un amplio catálogo de derechos y libertades fundamentales entre los cuales se encuentra la libertad de conciencia y de religión. Ahora cuando esas Constituciones parecen estar en decadencia desde el Este al Oeste, y desde el Sur, es la hora de la Unión Europea de retomar su historia de laicidad. De libertad de conciencia y su aporte a la historia humana a favor de los Derechos del Hombre.
Las señales no son algo baladí porque va más allá del simple reconocimiento de la libertad de conciencia y religión en sus tres vertientes (la interior, la exterior y la colectiva). La problemática nos remite a una cuestión existencial para el sistema democrático. Se trata de hasta qué punto la democracia o sus ciudadanos deben protegerse para que las fuerzas anti-democráticas no la sofocan con sus propios instrumentos, principios e instituciones.
@Copyrigth ACC.
@arcamachoX
However, most assumptions about “religion”, are essentially concerned with the political, ideological and other conflicts of the people associated with religions; in The Meaning and End of Religion, WCSmith clarifies what we mean by religion when we talk about religion, including personal piety,
an overt system of beliefs, practices and values, related to a particular community manifesting itself as the ideal religion that the theologian tries to formulate, but which he knows transcends him (e.g. ‘true Christianity’); an overt system of beliefs, practices and values, related to a particular community manifesting itself as the empirical phenomenon, historical and sociological (e.g. the Christianity of history);
a generic summation or universal category, i.e. religion in general. i often feel that either defending or criticising religion, we need to be more specific.
Grass thanks to you to vist this ‘cuban space on the nets».
I agree with your ideas about religion essentially concerned with the political, ideological and other conflicts of the people associated with religions; always concerned to antropologic circunstances this inluded personals and individual piety and personal sobenarity like other beliefs, practices or cultural values.
But the ways to configured this ‘ideal beliefs» with the ‘ideal beliefs to the others», even with there don t beliefs. Our time have the possibilities to build a open idea about all religions are part of these same empirical historical and sociological perspectives.