Felicidades…..

Charles Baudelaire dejó escrito uno de los consejitos de amor más bonitos que pueden leerse por San Valentín: “¡En el amor, guardaos de la luna y de las estrellas, guardaos de la Venus de Milo, de los lagos, de las guitarras, de las escalas y de todos los romances, del mejor del mundo, escrito por el mismo Apolo! Pero amad bien, amad vigorosamente, intrépidamente, orientalmente, ferozmente, a quien améis”.

Sospecharán, sin embargo, quienes conozcan la fama del poeta francés. Porque si bien es verdad que encarnó como pocos al dandi, al flanêur que ya con dieciocho años se paseaba por las calles de París «distraído, soñador, orgulloso, elegante», pronto su nombre será célebre por su existencia decadente.

¿Amar ferozmente? Antes de los veinte años, Baudelaire contrajo la sífilis. Fue casi un plan deliberado, una forma extrema de abrazar la propia autodestrucción. «La voluptuosidad única y suprema del amor consiste en la certeza de hacer el mal», escribió el poeta, y se dedicó a demostrar esta tesis con su propia biografía. «Larvas, cabezas de muertos, lésbicas, sarcasmos impíos, diabólicas ocurrencias, eróticos frenesíes, himnos al vicio, a Satanás, a la nada: todo esto ha sido introducido en el depósito de accesorios literarios con la etiqueta ‘Charles Baudelaire'».

Las flores del mal son el monumento que este anticristo con traje y sombrero legó a la posteridad. Un conglomerado de versos escritos a destiempo, trufados de experiencias, lamentos y recriminaciones. ¿Son su testamento sentimental? ¿El recuento de sus desamores? Esto es lo que se propuso explorar Camille Mauclair en Vida amorosa de Charles Baudelaire (WunderKammer ediciones), una biografía sentimental que escarba en sus poemas y diarios para discernir entre mito y realidad, para diferenciar entre hombre y leyenda negra. Algo especialmente difícil si se tiene en cuenta que «nadie se había deleitado tanto como el propio Baudelaire aumentando el número de habladurías, calumniándose y vilipendiándose, por un bizarro amor a la mixtificación, por una orgullosa amargura descarnada en descrédito de sí mismo».

¿Cómo fue realmente la vida amorosa de Charles Baudelaire? ¿Qué podemos aprender de ella? Y, especialmente, ¿en que no deberíamos imitarle?

  1. Despreciar a las mujeres (porque odias a tu madre).

Decir que Baudelaire estuvo enamorado de su madre no es abusar de la retórica edípica, no es una metáfora: Charles Baudelaire estuvo enamorado de su madre.

François Baudelaire, su padre, era treinta y cuatro años mayor que su madre. Cuando murió, Caroline Archimbaud-Dufäys todavía no había cumplido los 30. Era una viuda muy joven que conoció a otro hombre, el comandante Aupick, con quien se desposará en segundas nupcias un año después de la muerte de su esposo.«Teniendo un hijo como yo», escribió el poeta, «mi madre no debería haberse vuelto a casar».

En noviembre de 1828, Baudelaire vio cómo su mundo se desplomaba. «La alcoba conyugal se cierra tras el primer abrazo, y mientras que la viuda de un viejo cortés conoce su verdadera noche de bodas, hay en la casa un niño intratable que se convulsiona con las torturas de un amor equivocado, solloza por su felicidad acabada, execra al intruso legal, execra a su madre, espantándose de sentir que la quieren más que nunca. La acusa, la maldice, le suplica, todo en la tortura de un silencio imposible de romper».

El odio despertado esa noche no se apagará jamás. Despreciará el amor antes de conocerlo, y sólo querrá relacionarse con mujeres para vengarse. Su misoginia es fundamental: quiere humillarlas y quiere que lo humillen.

  1. Lanzarte a un espiral de autodestrucción y misoginia (porque eres impotente)

Es probable que la traumática relación con su madre no fuera la única causa de su misoginia radical. Cabe la posibilidad que Baudelaire fuera un «fanfarrón del vicio»: «este hijo de viejo no tiene un real temperamento. Es un impotente. Es un erótico imaginativo. En el fondo podría vivir perfectamente en una castidad casi constante. Se figura que es necesario hacer el amor, y no siente necesidad fisiológica. […] como no está en absoluto seguro de poder usar a voluntad su facultad sexual sin temer la vergüenza del fracaso, es como todos los seres nacidos con esta disposición humillante, este defecto de confianza en la manifestación de su potencia amorosa: es tímido. Es tímido orgánicamente».

Tanto en el retrato que hace de la supuesta impotencia de Baudelaire, como en la descripción (física y moral) de las trabajadoras sexuales, se hace evidente que el libro de Mauclair fue escrito en 1927. El biógrafo entiende que hay una relación causal entre esta condición «humillante» y el hecho que Baudelaire solo quisiera conocer el amor carnal en los prostíbulos. Perseguirá a las mujeres que le parezcan más abyectas: «no hay que preocuparse por ellas. Pagadas, no tienen sino sufrir y callar, y si hay fracaso sensual por parte del cliente, ni se burlarán de ello».

El propio Charles Baudelaire sintetizará su «falsa filosofía del amor, fundada en el orgullo herida y la amarga pena», en una sola línea: «el amor es el gusto por la prostitución».

  1. Fingir un suicidio para llamar la atención (y ganar dinero).

Su vida disipada indignó a su madre, pero especialmente a su padrastro, quien no sentía ninguna indulgencia por el poeta. Cuando supo que Baudelaire se había juntado con Jeanne Duval (y que le estaba pagando una vivienda), decidió cortarle el suministro de dinero: no permitiría que su fortuna fuera dilapidada para mantener a una «ramera mulata».

Jeanne Duval era una actriz que el poeta conoció por casualidad, y de quien se quedó prendado enseguida. En Las flores del mal la describe como una vampiresa: «tú, que entraste como una cuchillada / en mi pobre y dolorido corazón; / tú, que, fuerte como un rebaño / de demonios, viniste, loca y dispuesta, / a hacer de mi espíritu humillado / infame a la que estoy ligado / como el candado a su cadena, / como el juego al jugador, / como la botella al borracho, / como el gusano a la carroña, / ¡maldita, maldita seas!»

Para poder pagar las deudas que ha ido acumulando por culpa de este amor, Baudelaire tramó junto a su amante un falso suicidio. La «infame comedia» empezó con el propio poeta extendiendo el rumor entre amigos y conocidos: expresa con afectación el deseo de darse muerte. Una vez las habladurías cogieron consistencia, «envía a un amigo una especie de testamento recomendándole a su querida. Luego, en un cabaret de la calle Richelieu, delante de Jeanne y los asistentes, se da en el pecho un leve golpe de puñal. Se desvanece o finge un síncope. La policía llega. Le llevan a comisaria, entre papanatas. ‘¡Pobre hombre! ¡Parece ser que es poeta!».

4.Hacer la revolución por despecho (y con el fusil descargado)

Aunque la treta funcionó suficientemente bien, al poco tiempo el poeta volvió a verse enterrado en deudas. Duval le era infiel y se sentía más solo que nunca. Como explica Mauclair, «todo contribuía a helar más este corazón, helado ya por el orgullo, ulcerado por la decepción».

En este estado llegó «a los febriles días que precedieron la revolución de 1848. […] Baudelaire no entendía nada de política. Rechazaba la democracia y la burguesía, siendo un dandi y un artista.» Solo sabía que odiaba a los militares, porque su padrastro era uno de ellos. La conclusión era inevitable: «erró, pues, por las calles durante la tormenta, la cabeza al descubierto, en blusa, con una estupenda corbata roja. Siguió a la multitud. Aprovechó el clásico saqueo de una tienda de armas para poderarse de un fusil de caza y de una cartuchera. Pero no cargó el fusil. En el fondo, se divertía, despreciando a los unos y a los otros. Todo lo veía a través de su rabioso aburrimiento, del humo del opio y del vino blanco. Se dejaba llevar con delicia a la excitación del desorden, de la demolición, de la venganza.»

  1. Idealizar a mujeres casadas (y mandarles a todas los mismos versos)

«No podemos hacer el amor más que con los órganos excrementicios», sentenció el francés, y fue esta galopante repulsa hacia lo físico que, al final de su vida, lo consagró al amor espiritual: «¿No hay algo esencialmente cómico en el amor, especialmente para los que no son aceptados?».

Se enamoró, por fin, de mujeres «dignas». Es decir: de mujeres que pertenecían a su clase social, que se comportaban según las reglas del decoro y que —no menos importante— eran blancas. Sin embargo, la dicha de sus allegados no fue completa: estas mujeres o bien estaraban casadas o bien desdeñaban su devoción adolescente.

A Marie X. —desconocemos su apellido— le escribió epístolas apasionadas, hablando de lo indecible de su amor: «Un hombre que dice: ‘os quiero’, y que ruega, y una mujer que responde: ‘¿amaros? ¡Yo! ¡Nunca! Uno solo es mi amor, desgracia para quien venga después de él, no obtendrá sino mi indiferencia, mi desprecio’.[…] Por usted, Marie, seré fuerte y grande. Como Petrarca, inmortalizaré a mi Laura. Sed mi Ángel guardián, mi Musa y mi Madona, y conducidme por el camino de lo Bello.»

Sin embargo, la redención de Baudelaire no fue completa. Si bien su transformación parecía radical —¡el poeta maldito por fin rendido a los pies del ideal del amor romántico!— sus acciones desmentían las buenas intenciones: mandó estas mismas palabras inflamadas a distintas mujeres. En ellas, más que declaraciones sinceras, el francés ensayaba los versos que compondrían algunos de los poemas de Las flores del mal. «Sí, Baudelaire miente, se miente a sí mismo, y utiliza su prosa y su verso a dos fines, y es, por lo tanto, sincero deseando amar y ser amado de otro modo que lujuriosamente: se debate en una atroz confusión.»

Es fácil comprobarlo. Basta con acudir al ‘Soneto XLII’, recogido en Las flores:

"Bien sea en la noche y en la soledad,

bien sea en la calle y en la multitud,

su fantasma danza en el aire como una bandera.

A veces habla y dice: 'Soy bella y ordeno

que por mi amor no ames sino lo bello:

soy el Ángel de la guarda, la Musa y la Madona".

 Tommy, un chico ciego, sordo y mudo…

 

 UN CHICO CIEGO, SORDO Y MUDO…

Pero “Tommy” no es solo un argumento de una historia del siglo XX. De perdidas, dioses falsos y sin trono, de rock y abusos, de drogas y amor, es un gran disco que cumple 50…

Es un disco doble lleno de canciones inmensas.

A medida que Townhsend iba presentado las nuevas composiciones el entusiasmo del grupo por ellas crecía de manera exponencial como también aumentaba la ambición sonora de Chris Lambert. El manager-productor quería que en las sesiones de grabación además de The Who, participara también una orquesta con la idea de dar más solemnidad al proyecto pero por cuestiones presupuestarias, porque algunos de los arreglos escritos por Townshend no convencían y porque el guitarrista quería hacer un disco de rock, esta idea se abandonó cuando ya se había registrado buena parte del material (aunque algunos temas, como la ‘Overture’, sí tienen orquestación). Quizás por ello el sonido resultante del conjunto del disco resultó algo decepcionante en el momento de su lanzamiento, independientemente de la calidad de las canciones. La voz de Daltrey suena en un excesivo primer plano, que deja al grupo en un segundo término más apagado, lo que le aleja de un buen sonido profesional estándar y le acerca a una producción amateur. El cuarteto siempre ha reconocido este problema en el disco, quizá por ello sacaron al mercado hace unos años una edición remasterizada en CD y ahora rematan la jugada con esta edición “Deluxe” de 2018 en la que el LP suena realmente remozado. Así, Townshend se quejaba durante la década de los setenta de que “cuando escuchabas las maquetas originales, estaban llenas de energía pero el disco sonaba plano. Lambert lo mezcló deliberadamente de esa manera y quedó demasiado blando”. Entwistle, aún era más explicito: “las baterías sonaban como si fueran cajas de galletas. No nos dejó doblar ninguno de los sonidos que teníamos previsto. Quizás porque lo quería tener terminado antes de la gira que iniciábamos a finales de abril del 69”.

Instrumentalmente, “Tommy” está construido sobre los acordes que suenan en ‘Overture’, el tema que abre la ópera rock y que se van modificando a lo largo del disco. Descartada la orquestación, el grupo toca sus instrumentos habituales y además el cuerno francés, guitarras acústicas, piano y el órgano.

Por lo que se refiere a la canciones, en un primer grupo, encontramos los temas que en alguna parte del disco cumplen con una función que podríamos calificar como introductoria de alguna de las partes narrativas de la historia (‘1921′, ‘Miracle cure’ o ‘Do you think it’s allright?’) son las más insustanciales, de hecho se encuentran entre las peores que The Who han grabado nunca. Hay otro grupo de canciones de transición como la ya mencionada ‘Overture’, ‘Underture’ y ‘Sparks’, que aunque han sido menospreciadas con frecuencia, en ellas se puede vislumbrar el potencial del grupo a nivel instrumental.

Pero los mejores momentos de la obra se encuentran en temas como ‘Pinball wizard’, en el que la guitarra acústica se funde en un zumbido con la eléctrica hasta explotar. Este tema, que fue el primer single del disco, es el que narra una partida de Tommy contra uno los campeones de la máquina de petacos. La capacidad para enfrentarse a la máquina del millón es una habilidad que Townshend reconoce no haber tenido nunca y que le generaba unas altas dosis de envidia cuando veía jugar a los adolescentes. “Tommy” incluye más temas poderosos como ‘I’m free’, ‘Christmas’, ‘Acid queen’, ‘Cousin Kevin’ o ‘Fidle about’ (estos dos últimas obra de Entwistle) que podrían haber sido composiciones con entidad propia en cualquier otro disco pero que en “Tommy” se acoplan perfectamente para formar un todo. Así ‘Cousin Kevin’ narra las trastadas que sufre el niño ciego, sordo y mudo por parte de su primo; ‘Acid queen’, las experiencias con las drogas, mientras que ‘I’m free’ describe el momento en que el protagonista recupera la vista, el habla y el oído.

“Tommy” salió finalmente a la venta en mayo del 69 y la crítica se deshizo en elogios hacia el disco. Pete Townhsend fue elevado a la categoría de compositor de primera división. Algo parecido ocurrió con Roger Daltrey, un cantante infravalorado hasta la fecha. El disco incluía un libreto con las letras de las canciones, un hecho completamente inusual en esa época. En 1972 apareció un disco con una versión orquestal de “Tommy” en la que participaron Roger Daltrey, Rod Stewart, Merry Clayton, Richie Havens, John Entwistle, Steve Winwood, Richard Harris, Ringo Starr, Maggie Bell, Graham Bell, Pete Townshend, y Sandy Denny. Fue una idea del productor Lou Reizner que, en principio, contó con el apoyo de Townshend que vio la oportunidad de acercarse musicalmente a la idea que inicialmente tenía de “Tommy”, aunque a medida que avanzaban las sesiones de grabación se sintió algo desengañado con el proyecto.

En 1975 se hizo una película basada en el disco, en la que intervenían Elton John, en el papel del “Pinball Wizard”, y Tina Turner como “Acid Queen”. El film fue escrito y dirigido por Ken Russell y también contó con la presencia de Ann-Magret, Jack Nicholson, Eric Clapton y Oliver Reed. Para la banda sonora de la cinta se regrabaron algunas de las partes del disco original de las que el grupo no estaba plenamente satisfecho.

Los óvulos humanos in vitro.

Científicos de Edimburgo (Reino Unido) y de Nueva York (EE UU) han logrado por primera vez cultivar fuera del cuerpo óvulos humanos inmaduros hasta su última fase de desarrollo, el momento en el que están listos para la fecundación con un espermatozoide. Los autores sugieren que esta técnica podría utilizarse para preservar la fertilidad de niñas antes de que reciban tratamientos que podrían dañar sus óvulos, como quimioterapia o radioterapia.

“El cultivo es complicado, porque las estructuras cambian muchísimo su tamaño”, explica a Materia Richard Anderson, uno de los autores del estudio de la Universidad de Edimburgo. “Los folículos primordiales solo miden unas micras de diámetro, mientras que el folículo maduro puede llegar a medir dos centímetros de lado a lado”, señala el biólogo. Para sortear estos cambios morfológicos, los investigadores realizaron el proceso en varias fases: empezaron desarrollando folículos completos, pero cuando estos se volvieron demasiado grandes para las técnicas de cultivo, extrajeron los óvulos y descartaron el tejido accesorio.

Mientras que en un ovario sano la maduración del óvulo suele llevar tres meses, en el laboratorio solo tardó tres semanas. Anteriormente, varios centros de investigación habían logrado replicar partes del proceso de desarrollo, pero esta es la primera vez que se lleva a cabo por completo. Mientras que en un ovario sano la maduración del óvulo suele llevar tres meses, en el laboratorio solo tardó tres semanas. Anderson sostiene que “el hecho de que suceda más rápido en cultivo no significa que hay ocurrido algo malo, simplemente que el desarrollo es posible en menos tiempo”.

Requejo advierte que “debemos ser muy cautos” antes de proceder con técnicas de preservación de fertilidad, pero felicita a los investigadores por el potencial que tiene su logro para la clínica. Normalmente, los médicos pueden extraer tejido ovárico de pacientes oncológicos para reimplantarlo después del tratamiento. Sin embargo, esa intervención conlleva el riesgo de reintroducir células cancerosas al organismo. Con la nueva técnica, los óvulos inmaduros que se extraen del tejido ovárico se pueden desarrollar y almacenar en el laboratorio para su posterior fecundación. Cada óvulo aislado estaría libre de células contaminantes: “podríamos fecundarlos [in vitro] y obtener embriones, que es lo que se implantaría”, explica el doctor.

Aunque han demostrado que desarrollar óvulos en el laboratorio es posible, los autores reconocen que el proceso no es exactamente eficiente: de los 87 folículos que cultivaron, lograron extraer nueve óvulos maduros. Además, las células que obtuvieron no son idénticas a las que produce el cuerpo. Cuando el óvulo madura por completo, debe expulsar la mitad de su material genético en una estructura secundaria llamada el cuerpo polar. Todos los óvulos de laboratorio, ya sean de ratón o de humano, muestran cuerpos polares más grandes de lo normal. “No sabemos si el tamaño del cuerpo polar es relevante, pero en ratones la fecundación de los óvulos de laboratorio no es tan eficiente como cuando crecen en el cuerpo”, dice Anderson. A pesar de estas limitaciones, el estudio también ha clarificado el proceso de desarrollo del óvulo humano en sus distintas etapas, lo cual podría facilitar la investigación de otros tratamientos de infertilidad y de nuevas técnicas en medicina regenerativa.

Tomado de El Pais. 

Carmen Boullosa

Poema del día: «El pez que no dormía nunca…», de Carmen Boullosa (México, 1954)

Antes que nada, cuando uno puede salir herido de las armas del mundo, de los hombres, no queda menos que refugiarnos en la mirada de una mujer y en los hechos de su poesía, de su música, de su ser….

el pez que no dormía nunca,
el sueño del lobo y del zorro,
el ámbar del laurel,
las joyas de oro en el pecho del cadáver,
los escarabajos y la hiedra
escucharán las órdenes del sol:
Piedra, sé piedra.
Lobo, sueña crueldades.
Ámbar, fluye por la corteza, mata al laurel.
Que a la mujer la entierren.
Que el hombre tome el camino.
Que el río se apresure.
Que el zorro sueñe ardides.
Que nadie vea hombres en las piedras de río,
que nadie las crea flexibles,
que nadie escarbe, horade, desentierre o ría.
Que la niebla se disuelva y deje espacio a la luz.
Que el pez duerma.

Pero no hay oído que escuche el dictado del sol.
Simple, el retardo de la niebla es dueño de todo.
Ha detenido al tiempo, ha escondido al día.
Él será emperador, ella habitará palacio.
Caminará, aprenderá las formas,
será joya del tesoro imperial brillando con la memoria del entierro,
y de beso en beso irán los dos puliendo un lecho de carbón para cuentos y lágrimas,
un lecho de agua y de tierra,
de cobijas de tierra,
un lecho enterrado.
Y volveré a nacer de ti, de tu leche beberé.
Observaré los escarabajos sin peinarme nunca,
con tus besos haré crecer mi cuerpo, seré tu hijo alacrán, serás el mío,
nos comeremos los dos retardando aún más la atmósfera.
Nunca llegarán a desenterrarnos.
Nuestros huesos hablarán con el nido del mirlo.
Oirán volar las hojas, prohibirán que se abran las semillas,
retoñarán nuestras carnes para que volvamos a comérnoslas.
No habrá tiempo. No seremos viejos. No moriremos. No dejaremos nunca de besarnos.
No te veré a ti, ni tú a mí, fascinados por el rito negro de los escarabajos.
El lobo soñará con la niebla.
El sueño del zorro será suave pausa retardando.

Habrá en el aire el retardo de la niebla,
en los árboles la tersura de la niebla, la suavidad,
y en el río la pausa de la niebla.

Carmen Boullosa en La Delirios (fragmento) (1998), incluido en Casa de luciérnagas. Antología de poetas hispanoamericanas de hoy (Ediciones Bruguera, Barcelona, 2007, ed. de Mario Campaña).

Otros poemas de Carmen Boullosa
Hay en el aire el retardo de la niebla…

Abuso a menores. Informe Final.

El abuso sexual a los menores es un crimen execrable.

Una violación terrible a la persona, a su integridad física, emocional y psicológica, esos tres niveles en los que la persona humana se realiza y complementa.

El abuso a los menores es un crimen de lesa humanidad contra los miembros más desprotegidos de las sociedades, las comunidades y las familias. Una de las experiencias más desbastadoras y traumáticas que afectan a los individuos con graves consecuencias físicas, emocionales y psicológicas a corto y largo plazo.

Nunca conoceremos las reales cifras de los niños abusados.  Solo sabemos que es una pandemia. Al menos 15% de la población mundial han sufrido abusos en su niñez. Y esa violación se hace en silencio, muchos – demasiados- son cómplices de ese silencio.

El abuso se realiza en todos los ámbitos de la vida: las escuelas, las instituciones culturales, los hospitales, las iglesias y en la familia. Instituciones, familia y  sociedad en su conjunto han fallado en proteger a la niñez. No solo en Australia. Las políticas de los Estados igual han sido erráticas, fallidas y con demasiados interés políticos que enmascaran el abuso bajo el manto del silencio.

La Real Comisión de Australia acaba de publicar su Informe Final, resultado de más de cinco años de investigaciones desde el 2013 al 2018. El Informe Final sobrepasa las cinco mil páginas. Se  escuchó el demoledor testimonio de 7 981 sobrevivientes en más de 8 000 mil secciones privadas. Se le tomaron declaraciones a más de 16 953.

Los testimonios transcritos son desgarradores.

El dolor de los abusados funciona a favor del reconocimiento del asunto, y la Comisión Real funciona como uno de los esfuerzos más razonables para hacerle frente al abuso y la violación.  Las repercusiones en la prensa internacional han sido inmediatas.

Una de las instituciones más afectadas, según el Informe han sido las instituciones religiosas,  las reacciones de estas han recorrido los extremos, desde las más receptivas a las más cerradas. La Iglesia Católica a declarado que es un esfuerzo valido que merece ser “estudiado”. Otras sectas han sido menos receptivas, como es de esperar, por ejemplo los Testigos de Jehová.

El Informe es claro, no necesita ser estudiado cuidadosamente, como expresó un comunicado de prensa del  Vaticano  (que misteriosamente ya no se encuentra en línea), el informe necesita que se implementen las políticas expuestas y las recomendaciones adecuadas para la protección a los menores y el enjuiciamiento y el control de los depredadores sexuales en todos los ámbitos.

El primer ministro de Australia, Sr. Malcolm Turnbull  escribe en su cuenta de Twiter que todo australinao debe leer el informe. Yo, agrego, que culaquier hombre o mujer del planeta deberia hacerlo.

“I want to thank and honor the courage of the survivors and their families who’ve told, often for the first time, the dreadful stories of abuse that they received from people who actually owed them love and protection”

Sobre la libertad

 

El presente libro reúne los principales escritos de Isaiah Berlin sobre la libertad, incluidos sus “Cuatro ensayos sobre la libertad” que el autor consideraba su texto más importante.

Henry Hardy explica en la introducción la génesis del este clásico del liberalismo político, que ahora se publica con un quinto ensayo que Berlin deseaba haber incluido inicialmente y con algunos otros escritos menores relacionados; además apéndices autobiográficos hallados entre los inéditos de Berlin nos ayudan a comprender el núcleo de convicciones personales del que surgieron estas obras. Completan el volumen una guía de Ian Harris sobre la vasta literatura que han estimulado las ideas de Berlin y un exhaustivo índice analítico. Isaiah Berlin nacido en Letonia en 1909 y fallecido en Londres en 1997 de origen judío, estudió en Oxford como el primer hombre hebreo becado por la centenaria universidad británica, donde más tarde ejerció como profesor de filosofía.

Sus obras están marcadas por dos preocupaciones: el pluralismo y la libertad, y aunque poco conocido fuera del mundo académico, si su pensamiento ha tenido una profunda influencia en la noción de libertad desde la política, las ciencias sociales, o la experiencia de los individuos. Considerado una de los pensadores fundamentales del liberalismo en el siglo XX.

Su obra es inmensa pero al mismo tiempo muy dispersa escrita entre conferencias y artículos para revistas especializadas. Junto a su ya citado “Four Essays on Liberty”, escrito en 1969 en plena época hippie y revolucionaria, podemos citar “Vico and Herder: dos estudios sobre la historia de las ideas” publicada en 1976 y otros textos fundamentales para entender el “drama” existencial del siglo XX y los venideros: “Contra la corriente: ensayos sobre historia de las ideas”, “Impresiones personales”, “La traición de la libertad. Seis enemigos de la libertad humana” y “Historical Inevitability”.

Berlin desarrolla en el siglo XX los conceptos de la libertad positiva y libertad negativa de larga tradición en el pensamiento occidental, Hobbes en fecha tan temprana como el 1651  escribió: “Libertad significa, propiamente, ausencia de oposición; por oposición quiero decir impedimentos externos del movimiento. Un hombre libre es aquel que, en aquellas cosas que puede hacer en virtud de su propia fuerza e ingenio, no se ve impedido en la realización de lo que tiene voluntad de llevar a cabo”.

 Berlin en sus ensayos entiende por libertad “positiva” la capacidad de hacer algo, no tanto porque nadie lo impida, sino porque el individuo puede hacerlo. Siempre y cuando su acción no vaya en detrimento de otro individuo.  Delimita además que el orden social debe propiciar la protección de esos individuos como ciudadanos con el deber y derecho fundamental de defender ¨la ley de igual libertad¨  (…) que todo hombre puede reclamar plena libertad para el ejercicio de sus facultades compatible con la posesión de libertad de cualquier otro hombre. La felicidad,  la igualdad en todos los otros ámbitos, son completamente voluntarios y por lo tanto su responsabilidad individual.

Leer a Berlin  (leer su libro “Sobre la Libertad” editado por Alianza Editorial en su colección Ensayo en 2004)  en los tiempos que vivimos resulta por igual un acto de fe y de absoluta conciencia y libertad individual.

Vida artificial.

*

El anuncio que los humanos habían sintetizado vida “artificial” por primera vez recorrió la prensa internacional hace ya 10 años.

Muchas novedades han ocurrido desde entonces, pero como suele suceder con los descubrimientos relacionados con la genética y la biotecnología los principales laboratorios del mundo y/o las universidades, además de los propios gobiernos, que patrocinan y ejecutan las más avanzadas investigaciones en dichos campos intentan mantener sus investigaciones y logros con un bajo perfil; por lo general sus publicaciones solo se mantienen en el ámbito académico o el circulo secreto de los especialistas y burócratas del complejo militar-estado-industria.

Cuando Craig Venter publicó sus primeros resultados hace ya una década,  diez años de trabajo de un grupo compuesto por más de 20 genetistas, incluyendo un Premio Nobel y a un costo de 40 millones de dólares, quedó claro que los humanos no solo pueden comprender la teoría de la relatividad general o la física cuántica sino que pueden desentrañar la evolución de la vida a través de la biología evolutiva y la genética.

Dr Venter es un genetista, empresario y visionario fundador de la empresa  Celera Genomics, una de las primeras empresas privadas en secuenciar el genoma humano bajo el Human Genome Project.

Con sus investigaciones y la de otra docena de laboratorios y empresas, la biología está a punto de dar un salto comparable a la apropiación por parte de la humanidad del fuego, el lenguaje, la rueda, el cálculo infinitesimal, la música, la ley de la gravitación o la evolución de las especias mediante la selección natural; ahora es el turno de apropiarnos de la genética, la biología…de la vida.

Al propio Craig Venter un periodista le preguntó si estaba jugando a ser Dios, a lo que respondió de forma muy autosuficientemente estadounidense que  “no estaba jugando”.

Las aplicaciones de la ‘vida sintética” de Craig no se han hecho esperar.  Sus bacterias son cien veces más poderosas en degradar los combustibles fósiles o absorber la energía solar. Incluso pueden manufacturar sustancias farmacológicamente activas útiles para combatir centenares de enfermedades.

Aun sin entender muy bien  importantes grupos religiosos han continuado atacando a Venter y a otros tantos que están a la vanguardia con los gastados argumentos de la época victoriana, sin comprender que el debate ya no está en si la evolución mediante la selección natural es  “ciencia” o no; el debate actual es si nosotros los homos sapiens podemos intervenir en la propia selección natural y por lo tanto en la vida y la evolución, de nosotros como especie y la del resto de la biosfera. ¿Incluso ¨implantar¨ vida en Marte o las lunas de Saturno, para ver cómo evoluciona? Y, no, no es ciencia ficción.

La frontera se hace difusa. Una nueva era esta comenzando. Y esa era está más allá de la ciencia biológica, la genética evolutiva, o las tecnologías biológicas.  Tiene que ver con nuestra propia visión como especie, el lugar y la capacidad de explorar todas nuestras capacidades humanas, ciencia, sentido e intelecto, con un trasfondo de responsabilidad ética y moral.

Existen docenas de grupos “post-humanos” en los países más desarrollados que se implantan chips con información genética, o lo análisis genéticos in vitro para determinar enfermedades congénitas, o simplemente escoger el color de los ojos o la estatura de nuestra descendencia.

Las posibilidades son infinitas. Una nueva era en la que el propio homo sapiens puede “crear” vida para su propio beneficio. O para el beneficio de otras especies. De todo el sistema ecológico y la biosfera donde habitamos.

La revolución iniciada por Darwin es indetenible, la misma siempre fue más allá de la propia ciencia, la biología, trasmite idea y derrumba dogmas y preocupaciones que son esencialmente humanas. ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? El darwinismo, la biología evolutiva, es ciencia pura y al mismo tiempo ciencia experimental y aplicada y por lo tanto su conocimiento o praxis encierra un profundo sentido humano, nos trasmite conocimiento verificable, experimentación tangible, pero también la subjetividad de nuestro pasado y los dogmas de la creencias seudocientíficas, es en esencia ideas con un profundo carácter filosófico que renueva valores, la ética y la moral, que promueve sentimientos y espiritualidad; en una palabra: humanismo. Además de preocupaciones y temores por daños ecológicos, los límites de lo humano,  o incluso la posible fabricación de armas biológicas con vida creada artificialmente. Demás de asuntos de que el acceso a dicha ciencia se vea afectada por temas de exclusión social, racial o económica.

Desde estudiante me llamaba la atención el porqué de los grupos religiosos, aquellos que tienen institucionalizada la creencia en un Dios, mediante normas y dogmas y hacen de ello una forma de vida, además de un negocio multimillonario tienen la vocación de enfrentar al darwinismo con un celo que circula lo patológico. Y, es que el darwinismo, ontológicamente traspaso la vida, del ámbito teológico y metafísico, al ámbito donde realmente pertenece, a la propia Vida. Que por demás no es exclusiva de nuestra especie, ni de nuestro planeta, ni de nuestro sistema solar.

Nuestra posibilidad de entrelazar vida con filosofía y teología, pero tambieon con ciencia, biología, ética, responsabilidad existencial que señalan nuestro destino como “sapiens”.

El propio Venter le declaró al diario británico The Guardian: «it has certainly changed my views of definitions of life and how life works.»

Estamos cambiando nuestras propias definiciones de vida y como funciona.  Por su parte Julian Savulescu, profesor de ética de la Oxford University, declara: «Venter is creaking open the most profound door in humanity’s history, potentially peeking into its destiny. He is not merely copying life artificially … or modifying it radically by genetic engineering. He is going towards the role of a god: creating artificial life that could never have existed naturally.»

En esa oración última se encierra todo lo que está por suceder en los próximos 100 años.

“Little Foot”

La Universidad del Witwatersrand en Johannesburgo ha presentado en el 2017 a “Little Foot” el antepasado humano fosilizado prácticamente completo y más antiguo de Sudáfrica, según la Wits University.

Little Foot es el único fósil conocido de Australopithecus completo.

El profesor Ron Clarke, de la Wits University, descubrió en los años noventa cuatro pequeños huesos del pie, de ahí el apodo de Little Foot, en el conjunto de cuevas de Sterkfontein, cerca del poblado de Krugersdorp y al noroeste de Johannesburgo. Little Foot es, con diferencia, el esqueleto más completo que se ha descubierto de un antepasado nuestro de hace más de 1,5 millones de años.

El homínido fosilizado más antiguo del sur de África, más de tres millones de años de antigüedad.

«Mis asistentes y yo hemos trabajado cuidadosamente limpiando los huesos en bloques de brecha [una roca sedimentaria detrítica] y reconstruyendo el esqueleto completo hasta hoy», afirma Clarke, para National Geography.  En los 20 años transcurridos desde el descubrimiento, en julio de 1997, los investigadores han trabajado minuciosamente para excavar y preparar el fósil. Es la primera vez que se excava un esqueleto prácticamente completo, de un ancestro humano procedente de una cueva de Sudáfrica.

El descubrimiento trae muchas respuestas, pero otras tantas interrogantes de la evolución humana. Los resultados de los estudios que se están llevando a cabo se publicarán «en una serie de artículos científicos de gran impacto, en revistas científicas internacionales y en un futuro cercano», según comunicado de la Wits University.

Lo que sabemos o lo que ignoramos.

Gonzalo Rojas.

Uno

Gonzalo Rojas nos describe un ataque de asfixia que lo atrapó por la madrugada empujándolo al abismo de la casi muerte. Él, el poeta del aire, no había hecho otra cosa que adorar el aire desde que fue amputado de su madre, sentía que la vida se le escapaba, muerto y ya transparente, dejándolo solo y seco, vacío, atrapado en sí mismo, en el “no-aire”.  Escribe…«Me moría, adiós vieja fragua: un minuto y soy piedra para siempre, oh voz, única voz. Hasta que vino alguien—tiene que haber sido alguna hermosa—y me dijo: después. Por ahora, mortal mío, respira, respira.”

Rojas sabe del aire como sinónimo de vida, de poesía y de resurrección.  Para vivir beber aire. Para escribir hacer aire. Gonzalo Rojas abre y cierra las cortinas al cráneo, ventila el esqueleto, besa por dentro la medula de la locura, lo hace obra, lo hace vida, aire…

Un aire, un aire, un aire,
un aire,
un aire nuevo:
no para respirarlo
sino para vivirlo.

El aliento del aire es el ritmo del verso, del cuerpo, del mundo. Por eso hay que leer su poesía respirando. Espirando profundo, inspirando hondo.

Alguien me recordaba, su curiosa superstición o, tal vez, su rito. La ceremonia de su escritura le exigía una prueba a la suerte. Lanzaba un cuchillo a la mesa de madera. Sólo si se clavaba en la tabla, se sentaba a escribir. En el zumbido de ese cuchillo vibraban los espíritus de Ovidio y de Huidobro; de Celan y Safo; los sueños del surrealismo y la dicción perfecta del Siglo de Oro. Mil tradiciones fundidas en su desconcertante sintaxis. 

Más que la lealtad al pasado era su audacia lo que lo condujo a la apropiación de esas y todas las voces. Su pensamiento es soplo, aire de huracán, descarga súbita, sorpresiva, violenta que penetra la verdad por aproximación. No la verdad revelada  o definitiva de un loco o un texto, si no la otra, la verdad verdadera de Huxley. La que se hace por tramos y con mucho sudor.  Escribir poesía es un pensar desrazonando. Rondar el mundo con «la certeza de no alcanzar a decir lo que quiero decir.»

    Y cuando escribas no mires lo que escribas, piensa en el sol
    que arde y no ve y lame el Mundo con un agua
    de zafiro para que el ser 
    sea y durmamos en el asombro
    sin el cual no hay tabla donde fluir, no hay pensamiento
    ni encantamiento de muchachas
    frescas desde la antigüedad de las orquídeas de donde 
    vinieron las sílabas que saben más que la música, más, mucho más que el parto.

Acostumbraba Rojas a hablar con su cuerpo. Los poetas son raros como los grandes amantes, decía. No bastan los sueños: «hay que tener también testículos duros.» La clave de su sistema poético (dijo Enrique Lihn) es el cruce de lo animal y lo sagrado. El placer y Dios; el paraíso y los muslos; lo lascivo y lo venerable. Al final, todo existe «para que el hombre vuelva a su morada.»

   Dame otra vez tu cuerpo, sus racimos oscuros para que de ellos mane
la luz, deja que muerda tus estrellas, tus nubes olorosas,
único cielo que conozco, permíteme
recorrerte y tocarte como un nuevo David todas las cuerdas,
para que el mismo Dios vaya con mi semilla
como un latido múltiple por tus venas preciosas
y te estalle en los pechos de mármol y destruya
tu armónica cintura, mi cítara, y te baje a la belleza
de la vida mortal.

Místico turbulento. Con esa fórmula se definió él mismo.

 Dos

Charles Bukowski

Charles Bukowski dedicó su poesía a darle voz a una bestia. La bestia que fue.

Una bestia alcoholizada de uñas negras, panza blanca y pies peludos; una bestia atrapada en una jaula sucia y pegada a una botella de cerveza; una bestia iracunda y misógina.

Mientras otros trabajan ocho horas o sacan fotos en Facebook para dejar de pensar, la bestia se permite pensar en ella, en la muerte, en la demencia y el miedo; en flores secas, en decadencias y en el hedor de la tormenta ruinosa. La bestia habla de la violencia de su padre, del reloj que registra el tedio, del hambre y las cucarachas, del paso de sus amantes. Bukowski escribe, siempre borracho, mientras mata moscas, decidido a arrebatarle todo arte a la poesía.

Todo es una farsa, escribe en un poema: los grandes actores, los grandes poetas, los grandes estadistas, los grandes pintores, los grandes compositores, los grandes amores. La historia y su recuerdo son también un fraude. Sólo existe uno mismo con el ahora. Entre vagos y prostitutas, Bukowski alardea y se lamenta. Su misantropía es sórdida y vulgar pero, al mismo tiempo, perceptiva.

Narrativa autobiográfica en la que suele aparecer un bar, alguna amante, un coche y música de jazz. Una columna de desplantes, declaraciones y anécdotas. Pero también hay poemas como “El genio de la multitud” del que capturo unas líneas, de la versión de Bravo Varela:

cuidado con los predicadores
cuidado con los conocedores
cuidado con aquellos que siempre están leyendo libros

cuidado con aquellos que
odian la pobreza
o los enorgullece
cuidado con aquellos que elogian de buenas a primera
porque a la vuelta buscan el elogio
cuidado con aquellos que censuran de buenas a primeras
le tienen miedo a lo que desconocen
cuidado con aquellos que están en busca de fieles multitudes porque
solos son nada.

La Bestia, muerta en 1994, ha encontrado a su Bella más de veinte años después, en Ute Lemper, quien dedica a su poesía su puesta en escena The Bukowski Project, la reina del cabaret de Weimar, intérprete de Brecht y Kurt Weill, de Michael Nyman y Tom Waits, lo lee, lo canta, lo personifica, ahora en New York, muy cerca de la incendiada y nevada Torre Trump.

Podría decirse que la brusquedad de las palabras sin ritmo y sin rima contrasta con el glamour, con la helada elegancia de la exotica cantante alemana, pero, en realidad, hay una conexión natural entre su repertorio y la escritura de la Bestia Musa. Ute Lemper se ha concentrado en la tradición sombría del cabaret francés y alemán. No la canción hermosa y armónica, sino esa que está llena de veneno y disonancias. Ese arte que puritanos, nazis y bolcheviques llamaron “degenerado” y que si se atrevió a mostrar toda la hipocresía burguesa y proletaria. Así se acerca teatralmente a Bukowski y a sus demonios. No, no es para todos leer o escribir poesía, decía él: hace falta mucha desesperación, mucha insatisfacción y mucha desilusión.

 Tres

Seamus Heaney 

Después de participar en un aburrido programa de la BBC, el poeta Seamus Heaney fue con el actor Stephen Thorne a un pub y luego a cenar. Afuera del restaurante encontró, tirado en la banqueta, un zapato rojo de tacón alto. Heaney lo recogió. Durante la cena, entre la sopa, el pescado y los postres, escribió un poema dentro del zapato. Thorne le pidió leer lo que había inscrito ahí. “No–respondió Heaney–es para la mujer del zapato.” Al salir, Heaney regresó el zapato al lugar exacto donde lo había encontrado un par de horas antes. Cada vez que Thorne reencontraba al poeta le preguntaba si había tenido noticias de la mujer del zapato rojo. “Todavía no”, le respondía una y otra vez. “Pero uno nunca sabe…”

Las palabras de la poesía eran para Heaney provisiones de memoria y de misterio. Historia y enigma. Escribir fue, para el poeta irlandés, cavar en la tierra. Como su padre y su abuelo cavaban con la pala hundiendo el acero en la arena, él escribió para exhumar. Sujetar la pluma como sus ancestros empuñaban la pala. El nombre con que bautizó la colección más amplia de su poesía no pudo ser más justo: Tierra abierta.

Densa textura de lo subterráneo: huesos y maderas viejas, utensilios limados por los siglos, polvo, piedras, raíces, caracoles. Desenterrar las vasijas del neolítico y dar nueva vida a las palabras olvidadas. Somos lombrices: efímeras envolturas de tierra. La ciénaga es el sitio al que va y regresa su poesía: paraje lodoso que protege el pasado bajo tierra húmeda; densa composta de los tiempos; mezcla de lo inerte y lo orgánico, del horror y la esperanza.

En sus poemas del pantano, Heaney encontró la metáfora del tiempo, la imagen de la resurrección. Fosas de la Edad de Hierro que dejan testimonio de la violencia, la “íntima venganza tribal”. Escribe en “Estirpe”:

Amo esta faz de hierba,
sus negras incisiones,
los secretos recónditos
de procesos y ritos;

Amo la primavera
que brota de la tierra,
de cada terraplén pende una horca
cada charca

La desatada lengua
de una urna, bebo de la luna,
no para ser sondada
por el ojo desnudo.

(Traducción propia)

El poeta de la tierra, esa “mantequilla negra” donde viven los mitos, era un convencido del poder del arte, del influjo de la poesía, es decir, de su responsabilidad. La poesía no cambia las cosas pero puede cambiar la forma en que vemos las cosas. “Cuando un poema rima, cuando una forma se genera a sí misma, cuando la métrica provoca que la consciencia adquiera una nueva postura, se coloca ya del lado de la vida. Cuando una rima sorprende y extiende los relaciones fijas entre las palabras, eso, en sí mismo, es una rebelión contra la necesidad”.

Mark Twain me dijo que la Historia no se repite, pero a veces rima. Es por ello que en la poesía radica una esperanza: una metáfora, es una posibilidad de paz en tiempos violentos. Como Cristo impidió el linchamiento de su amada Magdalena escribiendo en la arena del desierto, dice Heaney, el poeta nos salva de la obsesión del momento. Uno nunca sabe. La poesía es asombro y pausa, un reflector a la totalidad de lo que sabemos o lo que ignoramos.