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Existe un tema recurrente para todo aquel interesado en la vida estadounidense. Su gusto por la violencia. El derecho constitucional a comprar y portar armas. El uso de la violencia como arma en las relaciones internacionales e individuales.
Lo que resulta inédito ahora es que los jóvenes tomen el discurso y la plaza pública a favor del control de armas. Libros, no pistolas.
Resulta que para comprender la adicción estadounidense por las armas hay que observar cuidadosamente las visiones de una nación que emergió de una revolución violenta para que sus ciudadanos fueran los libres y buscaran su felicidad, que conquistó territorios a base del fuego, se enlutó por medio de una cruenta guerra civil…las armas forman parte del pasado y futuro de América.
La «marcha por nuestras vidas» de millones de adolescentes y jóvenes es un tema inédito en la sociedad civil norteamericana. Los ataques a la cubano-americana Emma Gonzales, una de los rostros más visibles de esas protestas, desvelan los orígenes profundos de ese amor por el plomo y la pólvora. La historia real que nos cuenta la “segunda enmienda”.
No está de más entonces releer “Loaded. A Disarming History of the Second Amendment (City Lights ), de la historiadora Roxanne Dunbar-Ortiz.
Nos comenta su editor.
“América ama las armas. Desde Daniel Boone y Jesse James, hasta la NRA y Seal Team 6, la cultura de las armas ha coloreado el saber, ha forjado la ley y protegido el mercado que arma a la nación. En Loaded , Roxanne Dunbar-Ortiz despega los mitos de la cultura de las armas para exponer los verdaderos orígenes históricos de la Segunda Enmienda, revelando los trasfondos raciales que conectan a los primeros colonos anglos con la proliferación contemporánea de armas, la vigilancia policial moderna y la consolidación de la influencia de nacionalistas blancos armados. De la esclavización de los negros y la conquista de los nativos de América, al arsenal de instituciones que constituyen el “lobby de armas”, Loaded presenta la historia popular de la Segunda Enmienda, como se ve a través de la lente de aquellos que han sido mayoritariamente blanco de las armas: las personas de color. Meticulosamente investigada y estimulante en todo momento, esta es una lectura esencial para cualquier persona interesada en comprender las conexiones históricas entre el racismo y la violencia armada en los Estados Unidos”.
Ahora las armas atacan no solo a las personas de color, matan a la juventud, al futuro.
En efecto, como se señala en la introducción:
“En las siguientes páginas, exploro las diversas formas en que ha surgido una cultura de armas peligrosa en los Estados Unidos, una que ha legitimado al nacionalismo blanco, al dominio racializado y al control social a través de la violencia. Este libro es una historia de la conexión de la Segunda Enmienda con esa cultura, y una reflexión sobre cómo la violencia que ha engendrado ha influido profundamente el carácter de los Estados Unidos.
(…)
En su conjunto, este libro intenta confrontar aspectos fundamentales de la historia de EE. UU. que a menudo se pasan por alto o se niegan, y que se remontan al significado e intención originales de la Segunda Enmienda. Su objetivo es encarar la violencia implícita en la sociedad estadounidense desde el momento de su concepción, y las diversas narrativas y fuerzas que se han formado para negar las consecuencias de esa violencia, popularizándola y comercializándola.
El libro también tiene como objetivo reconocer las familias, las tradiciones, las memorias y la resistencia de los pueblos indígenas y afroamericanos cuyas tierras y vidas forjó la Segunda Enmienda”. No trata sobre las debilidades de las legislaciones vigentes, o las brechas que permiten que un adolescente con problemas mentales y de una familia disfuncional posea un arsenal de armas de guerra.
En fin, como señaló Patrick Blanchfield en las páginas de NR -antes de los desgraciados sucesos de Florida— “sería una locura esperar que cualquier intervención intelectual individual, no importa cuán incisiva sea, pudiera deshacer esta plantilla, o pudiera revertir o ralentizar esta trayectoria. Y sin embargo, si vamos a imaginar tal posibilidad, debemos tener algún tipo de vocabulario para hacerlo. Como retrato de las estructuras más profundas de la violencia estadounidense, Loaded es un libro indispensable”.
Imprescindible igual que el silencio y las palabras de Emma González.