
La revolución de Arendt

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A través de una carta dirigida a los Obispos de la Conferencia Episcopal del Chile, el Papa Francisco ha manifestado su profunda impresión tras haber recibido el informe realizado por Mons. Charles Scicluna, arzobispo de Malta, Presidente del Colegio para el examen de los recursos (en materia de delitos más graves) en la Congregación para la Doctrina de la Fe, y Mons. Jordi Bertomeu, oficial de dicha Congregación, luego del proceso de escucha realizado en Nueva York y en Santiago durante el mes de febrero.
En este documento el Pontífice señala que, luego de una lectura pausada de las actas de este proceso de escucha, “creo poder afirmar que todos los testimonios recogidos en ellas hablan de un modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza”.
Tal y como se lee en la nota publicada en la página oficial del Episcopado chileno, en la misiva, el Santo Padre se dirige al plenario de obispos para invitarlos a trabajar juntos, en restablecer la confianza en la Iglesia chilena: “escribo a ustedes, reunidos en la 115ª asamblea plenaria, para solicitar humildemente vuestra colaboración y asistencia en las medidas que a corto, medio y largo plazo deberán ser adoptadas para restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar en lo posible el escándalo y restablecer la justicia”.
Para ello, el Papa ha convocado a los Obispos chilenos a Roma, para “dialogar sobre las conclusiones de la mencionada visita y mis conclusiones”.
Asimismo, en su texto, el Santo Padre también reconoce que ha “incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada”. El Pontífice, además, pide perdón a todas aquellas personas que ofendió y anuncia que se reunirá con representantes de las personas entrevistadas por quienes condujeron el proceso de escucha confiado.
Todo muy mediático, pero sin resolución, ni justicias. para con las victimas, cartas y perdones, pero no esclarecimiento frente a la Ley. Durante su visita a Chile en enero pasado, Francisco defendió la inocencia del Obispo Barros, lo que provocó indignación desde los propios sectores católicos de Chile. Y la critica mordaz de la prensa y la sociedad civil.
Se preguntan las victimas finalmente llevaran frente a la justicia a los criminales, con el beneplácito del Vaticano y el apego a las leyes del propio gobierno Chile.
En el verano de 1972, Jimmy Page, el sensacional guitarrista de Led Zeppelin, conoce a Kenneth Anger, un director americano que se había construido una reputación fantástica como rey del cine independiente y de ocultismo. Anger había triunfado con pequeñas películas surrealistas, como la increíble ‘Inaguration of the pleasure dome’, que databa del año 1954. Pero, sobre todo, con ‘Scorpio rising’ (1963). Un filme tan loco como el protagonista Bruce Bryon y su paranoia. Anger es una leyenda en los años 70 y uno de los ídolos de la contracultura entre artistas como John Lennon, Jim Morrison Mick Jagger y David Bowie.
Pero para Jimmy Page, en plena efervescencia de Led Zeppelin, Anger tiene otro aliciente. Es un acólito de Aleister Crowley, el héroe de Page. El guitarrista, incluso, había comprado la casa de su ídolo, su refugio como sacerdote del diablo en el lago Ness. Como Jimmy, Kenneth era un feligrés más de la religión Thelema. A Anger, la figura de Crowley también le había marcado en sus películas por esa perversa simbología del ocultismo.
Anger quiere el dinero de Jimmy para seguir produciendo sus disparates. Para Page, el filme ‘Invocation of my demon brother’, que era un estricto seguimiento de la religión Thelema, es una de sus obras de cabecera y su director lo fascina porque sabe que, a mitad de los años 50, había estado en Sicilia, donde Crowley había usado la famosa abadía epónima en los años 20 para sus satánicos sacrificios.
El cineasta sabe contarle a Page lo que éste quiere oír. Por ejemplo, que en los años 50 todavía quedaban dos seguidores, dos hermanos de Crowley en la abadía. Uno era fascista y otro, comunista y entre los dos todavía tenían en pie un muro que los dividía. Eran los guardianes de los frescos que Crowley había pintado por orden de su dios Lucifer.
Anger es un asiduo a la casa de Page en Sussex. El guitarrista de Led Zeppelin se la acaba de comprar al actor-cantante Richard Harris. Antes de las sesiones de ocultismo, cineasta y guitarrista se ponen ciegos de cocaína y se engolosinan de liturgia ocultista. Anger le convence a Jimmy, finalmente, de poner dinero en su próximo proyecto, la película de las películas, en homenaje a Crowley: ‘Lucifer rising’. Jimmy Page se encargará, por supuesto, de la banda sonora.
En realidad, ‘Lucifer rising’ había empezado a rodarse en 1966, pero, sin el dinero de Page, no puede terminarse hasta 1974 y no se estrena hasta 1980. Un desastre en el que además intervienen Chris Jagger, el hermano de Mick Jagger, el supuesto coprotagonista del filme que se cansó de esperar en el rodaje. Y, también, su novia Marianne Faithfull, que interpreta el papel de la demoníaca Lilith. El protagonista, Bobby Beausoleil, había sido acusado de un asesinato por orden de Charles Manson. En la película, Lucifer no era ni ni dios ni demonio. Era la nueva luz que nos alumbra en la era del ‘Aeon de Horus’ de la religión Thelema.
Jimmy Page compone de 30 minutos de música para la película. Jamás los dará a conocer hasta los años ochentas…los pone a la venta en su propia página como ‘Lucifer rising and other sounds tracks’. No, no es música de Led Zeppelin, ni siquiera hay guitarras. Pero es una ‘cuasi-música’ que aparece del humo del incienso de un culto esotérico. Capas de texturas hindúes, cantos tibetanos y efecto electrónicos. Como las historias de Crowley, la música de Jimmy Page tiene un pie en el viejo mundo, en la antiguedad y el otro en el futuro distante. Produce un efecto claro de desorientación en el que escucha, aunque también es la clave para entender mucha de la música de Led Zeppelin.
Vuelta a los 70. En el proceso de producción, hay un momento en el que Jimmy Page se da cuenta de que Anger se aprovecha de su devoción por Crowley y lo despacha sin darle siquiera las cintas que había grabado. El presumible asesino ‘Beau’ Beausoleil se encarga finalmente de la música del filme.
Jimmy Page se dedica a seguir buscando libros sobre ocultismo, su pasión no confesada, mientras penetra peligrosamente en el mundo de la heroína. Se queja porque en Londres es muy difícil encontrar librerías con buenos libros sobre ocultismo. Así que, en octubre de 1973, Jimmy abre una tienda de libros mágicos y secretos. Se llama Equinox y tiene domicilio en el número cuatro de Holland Street, casi en Kensington High Street.
Equinox es un proyecto muy profesional guiado por Eric Hill, un experto que trabajaba en Weiser, una librería de anticuarios de Nueva York. Jimmy incluso contrata a un arquitecto y diseñador de primera clase para decorar la tienda con dioses eqipcios como Horus y Toth, embutidos en un art-deco. Y, además cuelga de las paredes cuadros de, nada menos, Crowley y de Osman Spare, el famoso pintor y mago.
La librería se llena de libros exquisitos de ocultismo de todos los lugares del mundo. Filosofía oriental, kabala, tarot, etcétera. Pero Equinox no sólo funciona como librería. Edita dos obras capitales: ‘Astrology: A cosmic science’, escrito por la mágica Isabel Hickey, y el libro de Crowley y McGregor Mathers, ‘The book of Goetia of Solomon the King’. Es un libro maravilloso, que recomiendo.
Contiene una descripción increíble de 72 demonios en la corte del rey Salomón, que había apresado y confinado en un cáliz de bronce sellado por símbolos mágicos. Crowley había trabajado mucho en esos demonios del rey Salomón. Desgraciadamente, Jimmy cierra la librería en 1978, justo el año en que absolutamente desbordado por las drogas, decae su interés por la brujería y el ocultismo.
En cualquier caso, Jimmy no vende la casa de Crowley en el Lago Ness, la famosa Boleskine House, hasta comienzos de los años 90, harto de que los seguidores del grupo la visitaran en peregrinación todos los veranos porque se dice que allí había compuesto ‘Stairway to heaven’, una canción mil veces relacionada con su culto por Crowley. Jimmy Page se enfada mucho si le preguntas por todo eso. Da igual: siempre les quedarán a sus fans del ala ocultista las escenas de fantasía de Jimmy en la cúpula de la montaña que está justo detrás de la casa de Crowley. Esas escenas han quedado inmortalizadas en la película ‘The song remains the same’.
Durante todos estos años, Jimmy Page sostiene que él compró la casa de Crowley a comienzos de los años 70 a un particular que ni mucho menos estaba relacionado con el ocultismo. La casa había sido construida sobre las ruinas de una iglesia que misteriosamente fue incendiada con toda la congregación de monjes dentro. Muchos adictos a Page llegaron a decir que un hombre había sido decapitado dentro de la casa y que, a veces, Jimmy podía escuchar la cabeza rodando por el suelo. Page siempre ha negado esta anécdota.
Por en medio, a Page le han culpado de las muertes del hijo de Robert Plant, Karac, con nombre de mago, y del batería de Led Zeppelin, John Bonham, que murió en la casa de Page en Windsor. Todo por culpa de los signos de ocultismo del cuarto álbum de Led Zeppelin. Esos reproches son las pruebas de que, con Crowley, Jimmy dio una imagen que se le fue de las manos y que pasó de ser una simple afición a un problema personal.
Jimmy estará siempre obsesionado por un poema de Crowley:
‘He soñado muchas veces que estaba preso por culpa de una pelea mortal contra mí mismo. Dios y Lucifer se mataban por mi alma durante tres largas horas. Dios, finalmente, venció. Pero, constantemente, tengo una gran duda: ¿cuál de los dos era Dios?’.
Esa batalla se escucha en este disco, quizá el mejor legado de la amistad Page & Anger
El ser humano se ha especializado a lo largo de su historia en crear reglas para vivir. Laicas, religiosas, con fundamento científico, basadas en la reflexión filosófica, personales, colectivas… la lista puede ser cuantiosa pero el objetivo persiste: resolver ese misterio que parece ser la vida. ¿Qué pasaría si nos diéramos cuenta de que, después de todo, el problema no existe y vivir es más sencillo de lo que creemos? Al final, para vivir, parece que hace falta poco: valor, honestidad, compasión, hacer el bien tanto como sea posible.
¿Pero qué más?
El poema que compartimos a continuación es una síntesis preciosa de esa sencillez. Es posible que su longitud dé la apariencia de lo opuesto, pero lo cierto es que su elocuencia radica más bien en el contenido y no en la forma. Su autor, Ron Padgett, amante de lo mínimo, eligió para la composición eso que todos los días, a final de cuentas, hace nuestra vida y que, por no considerarlo así, a veces tendemos a creerlo trivial o menor.
Cabe mencionar, por último, que Padgett es el autor de los poemas que, salvo otra indicación, se leen en Paterson, la película que Jim Jarmusch dirigió en 2016. No parece casual que Jarmusch haya elegido a Padgett como una especie de “poeta oficial” de la cinta, pues de algún modo ésta intenta capturar y transmitir esa belleza esencial de la vida que usualmente nos rodea y que a veces dejamos de ver, por estar distraídos u ocupados en otra cosa.
Gracias o todos. Gracias a todas. La poesía, sin embargo, siempre vuelve y siempre nos hace volver.
CÓMO SER PERFECTO
Duerme.
No des consejos.
Cuida tus dientes y encías.
No tengas miedo a nada que esté fuera de tu control. No tengas miedo, por ejemplo, de que el edificio se caiga mientras duermes, o de que alguien a quien amas muera súbitamente.
Come una naranja todas las mañanas.
Sé amable. Te hará feliz.
Eleva tus latidos a 120 pulsaciones por minuto durante 20 minutos cuatro o cinco veces por semana haciendo cualquier cosa que te guste.
Desea todo. No esperes nada.
En primer lugar, cuida las cosas que están cerca de tu casa. Ordena tu cuarto antes de salvar al mundo. Luego salva al mundo.
Ten en cuenta que el deseo de ser perfecto es quizás la expresión encubierta de otro deseo –ser amado, tal vez, o no morir.
Haz contacto visual con un árbol.
Sé escéptico a toda opinión, pero trata de encontrar algún valor en cada una de ellas.
Viste del modo que te guste tanto a ti como a quienes te rodean.
No hables rápido.
Aprende algo cada día. (Dzien dobre!)
Sé amable con las personas antes de que tengan la ocasión de portarse mal.
No te enojes por más de una semana, pero no olvides aquello que te hizo enojar. Mantén tu ira al alcance de la mano y obsérvala, como si fuera una bola de cristal. Luego agrégala a tu colección de bolas de cristal.
Sé fiel.
Usa zapatos cómodos.
Planifica tus actividades para que reflejen un equilibrio grato y variedad.
Sé amable con los mayores, incluso aunque sean odiosos. Cuando llegues a viejo, sé amable con los jóvenes. No les tires tu bastón cuando te llamen abuelo. ¡Son tus nietos!
Vive con un animal.
No pases demasiado tiempo con grandes grupos de personas.
Si necesitas ayuda, pídela.
Cultiva una buena postura hasta que se vuelva natural.
Si alguien asesina a tu hijo, consigue un arma y vuélale la cabeza.
Planifica tu día para que nunca debas correr.
Muestra tu aprecio a las personas que hacen algo por ti, incluso aunque les hayas pagado, incluso aunque te hagan favores que no pediste.
No malgastes el dinero que podrías dar a aquellos que lo necesitan.
Espera que la sociedad sea defectuosa. Luego llora cuando te des cuenta de que es mucho más defectuosa de lo que creías.
Cuando pidas algo prestado, devuélvelo en mejores condiciones.
Utiliza objetos de madera en lugar de objetos plásticos o metal, tanto como sea posible.
Mira el pájaro que está allí.
Luego de la cena, lava los platos.
Cálmate.
Visita países extranjeros, excepto aquellos cuyos habitantes hayan expresado su deseo de matarte.
No esperes que tus hijos te amen, pueden, si quieren.
Medita acerca de lo espiritual. Luego ve un poco más allá, si tienes ganas.
¿Qué hay allá afuera?
Canta, cada tanto.
Sé puntual, pero si llegas tarde no des una larga y detallada excusa.
No seas demasiado auto-crítico ni demasiado auto-complaciente.
No pienses que el progreso existe. No es así.
Sube las escaleras.
Imagina qué querrías que ocurra, y luego no hagas nada que lo convierta en algo imposible.
Desconecta tu teléfono al menos dos veces por semana.
Mantén limpias tus ventanas.
Extirpa cualquier indicio de ambición personal.
No uses la palabra extirpar muy a menudo.
Perdona a tu país de vez en cuando. Si eso no fuera posible, vete a otro país.
Si estás cansado, descansa.
Siembra algo.
No deambules por las estaciones de trenes murmurando: “¡Todos vamos a morir!”
Cuenta entre tus verdaderos amigos a gente de diferentes momentos de tu vida.
Disfruta de los pequeños placeres, como el placer de masticar, el placer del agua caliente corriendo por tu espalda, el placer de una brisa fresca, el placer de quedarse dormido.
No exclames: “¡No es maravillosa la tecnología!”.
Aprende a estirar tus músculos. Estíralos todos los días.
No te deprimas por envejecer. Te hará sentir más viejo. Lo cual es deprimente.
Haz una cosa a la vez.
Si te quemas un dedo, ponlo en agua fría de inmediato. Si te martillas el dedo, sostén tu mano en el aire durante veinte minutos.
Los poderes curativos del frío y de la gravedad te sorprenderán.
Aprende a silbar a un volumen ensordecedor.
Mantén la calma en una crisis. Cuanto más crítica la situación, más tranquilo debes permanecer.
Disfruta del sexo, pero no te obsesiones con él. Con excepción de breves períodos durante tu adolescencia, juventud, mediana edad y vejez.
Contempla todo opuesto.
Si te asalta el temor de que has nadado muy mar adentro, da la vuelta y regresa al bote salvavidas.
Mantén tu niño vivo.
Responde tus cartas sin demora. Utiliza estampillas atrayentes, como la que tienen un tornado.
Llora de vez en cuando, pero nada más cuando estés solo. Luego agradece cuánto mejor te sientes. No te avergüences por sentirte mejor.
No aspires humo.
Respira hondo.
No seas impertinente con la policía.
No te bajes de la acera hasta que hayas recorrido toda la calle. Desde la acera puedes estudiar a los peatones que están atrapados en el medio del enloquecido y ruidoso tráfico.
Sé bueno.
Recorre diferentes calles.
Hacia atrás.
Recuerda la belleza, que existe, y la verdad, que no. Mira que la idea de verdad es tan poderosa como la idea de belleza.
Permanece fuera de la cárcel.
En la madurez, conviértete en místico.
Usa la nueva fórmula con control del sarro del dentífrico Colgate.
Visita a amigos y conocidos en el hospital. Cuando sientas que es tiempo de retirarte, hazlo.
Sé honesto contigo, diplomático con los demás.
No te vuelvas loco. Es una pérdida de tiempo.
Lee y relee grandes libros.
Cava un pozo con una pala.
En invierno, antes de ir a dormir, humidifica el cuarto.
Comprende que las únicas cosas perfectas son una puntuación de 300 en un partido de bowling y un partido de béisbol con 27 bateos, 27 outs.
Bebe mucha agua. Cuando te pregunten qué quieres beber, di: “Agua, por favor”.
Pregunta: “¿Dónde está el baño?”, pero no: “¿Dónde puedo orinar?”
Sé amable con los objetos.
Comenzando a partir de los cuarenta, realiza un chequeo médico cada tanto con un médico de confianza que te haga sentir a gusto.
No leas el periódico más de una vez al año.
Aprende a decir “hola”, “gracias”, y “palitos chinos” en mandarín.
Eructa y tírate pedos, pero en silencio.
Sé especialmente amable con los extranjeros.
Ve teatro de sombras e imagina que eres uno de los personajes. O todos ellos.
Saca la basura.
Ama la vida.
Da el cambio exacto
El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, que se enfrenta hoy a la segunda audiencia ante el Congreso de EEUU por el escándalo provocado por las brechas de privacidad existentes en su red social, ha asegurado durante la sesión que él también ha sido una víctima del caso. Zukerberg ha declarado ante los congresistas estadounidenses que sus datos también fueron filtrados y vendidos a terceros como los del resto de los 87 millones de usuarios de Facebook.
Sin embargo, ante las preguntas y afirmaciones de los congresistas que le han recriminado que los usuarios de la red social no pueden sentirse seguros, el dueño ha insistido en rechazar tales hechos: «Cada vez que alguien elige compartir algo en Facebook… hay un control. Ahí mismo», ha declarado.
A los congresistas no les están convenciendo las explicaciones del directivo, que una vez más ha abandonado su camiseta gris y se ha enfundado un traje para asistir a la Cámara. «¿Por qué deberíamos creer en sus promesas?», le han espetado.
La sesión está siendo bastante tensa y aunque Zuckerberg no es hombre de quedarse sin palabras, se le está notando bastante incómodo en algunos momentos. El empresario de 33 años ha asegurado que en el robo de datos no se ha detectado actividad de Rusia ni de China a la vez que ha comentado que completar la investigación llevará «muchos meses».
En la sesión de ayer, Zuckerberg entonó el mea culpa: «Fue mi error. Y lo siento», declaró ante los senadores. Fue esta actitud de arrepentimiento la que permitió al fundador de Facebook salir indemne de la sala.
Insistió en pedir perdón, reafirmó la voluntad de la empresa de impedir nuevos casos como el de Cambridge Anlytica, la consultora Cambridge Analytica, que trabajó en la campaña de Donald Trump y en favor del Brexit y que recolectó los datos de 87 millones de usuarios de la red social sin el consentimiento de éstos. Eso si: no hubo anuncios de cambio de política.
Los senadores de la oposición demócrata fueron más duros con Facebook. Uno de los momentos más tensos del interrogatorio se vivió con las preguntas del senado demócrata Dick Durbin, que le hizo las siguientes preguntas a Zuckerberg:
-¿Te sentirías cómodo compartiendo con nosotros el nombre del hotel en el que te hospedaste anoche?
-Um, uh, no- contestó Zuckerberg tras una pausa de ocho segundos.
– Si te has enviado mensajes con alguien esta semana ¿compartirías con nosotros el nombre de tus interlocutores?- le inquirió el senador demócrata de Illinois.
-No, no me gustaría compartir eso con vosotros- contestó.
-Creo que de eso trata todo esto: tu derecho a la privacidad, los límites de tu derecho a la privacidad… Debemos saber qué informaciones recoge Facebook, a quien se las envía y si ha pedido autorización al usuario para hacerlo.
-Pienso que todo el mundo debería poder controlar la forma en que sus datos son utilizados- replicó Zuckerberg.
Tengo que confesar que a lo largo de una vida he pasado por cuatro estados acerca de la cuestión de la existencia de Dios: fe, duda, agnosticismo y ateísmo. De ninguno de ellos me enorgullezco, especialmente, salvo de la sinceridad con que los he profesado.
Hoy, instalado no en la duda sino en la negación de la existencia de Dios, no veo la falta de fe como un empobrecimiento, sino como expresión y precio de la lucidez, o, si se prefiere, de la determinación de mirar las cosas a la cara y no emplear la palabra «misterio» para lo que es tan solo nuestra ignorancia. Es más: ese estado de duda o indecisión ante Dios en el que permanecí largo tiempo se me antoja hoy una excusa artificiosa y con pretensiones de elegancia intelectual para una condición de ateísmo que en ese momento de mi vida no me resignaba a aceptar ni menos me atrevía a confesar.
Comienza su libro Agustín Squella con una sita de Bolaño, «leyendo se aprende a dudar». Y, al menos para mi persona, la duda contrae el compromiso con la «verdad» y la verdad con el amor.
El autor Agustín Squella Narducci nacido en Santiago de Chile en 1944. Profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad de Valparaíso y la Universidad Diego Portales, Miembro de Número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales y Ciudadano Ilustre de Valparaíso.
Le preguntan al autor por su individual apego a dios viniendo de un ateo, a lo que Squella responde citando a su vez Carlo Martini, Dios es demasiado importante para dejarlo solo en las manos de los creyentes…
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Tras el sonado éxito de Una historia natural de los sentidos, Diane Ackerman ha usado su personalísimo talento para explorar el mayor de los talentos: el escurridizo, eterno y siempre interesante asunto del amor.
Ackerman bebe de gran variedad de fuentes, tanto clásicas como de su experiencia inmediata. Explora e ilumina las raíces históricas, culturales, religiosas y biológicas del amor. Propone una nueva lectura de Freud («trazando el mapa de las áreas bélicas del amor»), Stendhal («el amor como fantasía») y Proust («el erotismo de la espera») y extrae lecciones de distintos amantes a lo largo de la historia.
A continuación, fija su atención en lo físico: la química, la biología y la neurofisiología asociadas con el amor en el cerebro, la mente y el cuerpo. Discute la «evolución del rostro», el abrazo, analizado a la vez como caricia y como química, y las costumbres del matrimonio. Y siempre nos asombra. Su toque distintivo, al que se suman sus aventuras y exploraciones personales, enriquece nuestro conocimiento sobre mujeres y caballos, hombres y sirenas, sexo y volar, y sobre otras materias igualmente atractivas.
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Pocos novelistas han sido capaces de sondear la profundida del alma humana como Fiódor Dostoyevski. El novelista ruso reflejó en sus novelas los abismos de la conducta humana -los cuales conoció en la prisión en Siberia-, así como también la belleza y la más noble fe del espíritu. En Los hermanos Kamarazov Dostoyevski escribió:
Padres, maestros, me pregunto, «¿Qué es el infierno?». Mantengo que es el sufrimiento de no poder amar.
No poder amar es el infierno; el amor es, entonces, el cielo. Difícilmente se puede decir algo más sencillo y profundo. Es una definición que aunque puede tener un significado religioso (y ciertamente Dostoyevski fue profundamente religioso en sus últimos años de existencia), no se constriñe solamente a lo religioso y puede tener una interpretación secular. Abarca toda la existencia, ya que, ciertamente, para el ser humano la más alta felicidad y a la vez también aquello que da más claramente sentido y propósito es el amor. Asimismo, algunos filósofos, como Platón, han dicho que el amor es el primer impulso que permite al alma emprender el vuelo hacia la realidad, hacia el mundo de las Ideas, hacia el mundo divino. O incluso, que el amor es la misma vida en su estado puro, el elan vital: Eros fue el primer dios en brotar del caos, según la teología órfica. Siendo lo primero, es lo que nos regresa al origen, al estado de unidad.
En la misma novela, Dostoyevski revela cómo es que un ser humano llega a la infernal incapacidad de amar:
Un hombre que se miente a sí mismo y cree en sus propias mentiras, se vuelve incapaz de reconocer la verdad, tanto en sí mismo como en cualquier otro, y acaba perdiendo todo respeto para sí mismo y para los otros. Cuando no tiene respeto, ya no puede amar, y acaba cediendo a sus impulsos, indulge en la forma más baja del placer y se comporta como un animal satisfaciendo sus vicios. Y todo se produce por la mentira -a otros y a uno mismo-.
Así que la mentir es lo que conduce realmente al infierno. En esto coincide Alexander Solzhenitsyn, quien vivió la máxima atrocidad de los gulags rusos y consideró que tal violencia y tal abyección del espíritu -que padecieron millones de personas asesinadas o torturadas en el régimen de Stalin- tienen como causa las mentiras. Solzhenitsyn explicó que la violencia no puede sostenerse mucho tiempo si no es con las mentiras y el engaño. El psicólogo Jordan Peterson ha comentado sobre esto, diciendo que el infierno es cuando todos dicen mentiras. Podemos crear fácilmente el infierno en la Tierra; hemos tenido pruebas de ello con los gulags rusos o con los campos de concentración nazi, y lo que lleva a esto son el engaño y la mentira, los cuales, a fin de cuentas, revelan cobardía y una debilidad del espíritu que no es capaz de encarar con dignidad la realidad y encarnar su verdadera naturaleza.
De alguna manera, el budismo y el hinduismo coinciden con esto. Para estas religiones, el sufrimiento de este mundo (el samsara) y la posible reencarnación en infiernos se deben fundamentalmente a la ignorancia, al engaño o a la falta de conocimiento de lo que es verdadero. La liberación, lo que alcanza el estado de dicha e inmortalidad, por otra parte, es la sabiduría, establecerse en lo verdadero. Como dice el famoso mantra de los Upanishad:
Asato mā sad gamaya, tamaso mā jyotir gamaya, mṛtyor mā amṛtaṃ gamaya.
(Condúceme de la falsedad a la verdad de la oscuridad a la luz, de la muerte a la inmortalidad).
(Bṛhadāraṇyaka Upaniṣad)
Toda la religión de la India se ha construido sobre esta base: el sufrimiento e incluso la muerte se alimenta solamente de la ignorancia, ambos existen por no conocer lo que somos. La ignorancia es el triunfo de la muerte, la verdad el triunfo de la vida, aquello que libera para siempre de la muerte (como se dice también en el Evangelio de San Juan). Toda acción que no tenga que ver con el conocimiento de sí mismo o de la conciencia es una distracción. Para poder mantenerse fijo en esta búsqueda de la realidad es fundamental que el individuo no diga mentiras y practique una completa honestidad intelectual; de otra manera, su búsqueda lo conducirá a nuevas ilusiones y a la inflación del ego.
Evidentemente no es fácil saber cuál es la verdad, pero lo que sí es obvio es que la forma más clara de acercarse a ella que tiene el ser humano es diciéndose la verdad y diciendo la verdad a los demás. Es bastante simple. Esto es ya una fuerte tentativa de alineamiento con el orden y las leyes del cosmos.
La Universidad de Princeton ha compilado un jugoso archivo de sabiduría milenaria dentro del sitio Internet Archive, el cual permite descargar todo tipo de textos que ya no tienen copyright. En este caso se han clasificado más de 70 mil textos religiosos, mitológicos y filosóficos en diferentes idiomas (la mayoría en inglés, pero más de 3 mil en español). La herramienta permite buscar por idioma, por autores, por religión, tema y muchos más filtros.
Los textos allí reunidos son parte de la Princeton Theological Seminary Library y abarcan cientos de años, tocando casi cualquier tema religioso concebible. Son parte de un diálogo interreligioso que preserva y vincula las diferentes tradiciones de lo que podemos llamar una sophia perennis.
Todo aquel interesado en las antiguas tradiciones y las raíces del pensamiento moderno encontrará un jugoso banquete de conocimiento.
Se encuentran en este jardín digital de tesoros textos como La rama dorada de Frazer, La mitología teutónica de Grimm, las obras de Madam Blavatsky, el Zend Avesta (el texto fundacional del zoroastrismo), el Satapatha Brahmana (el texto que describe el sacrificio védico y que Roberto Calasso considera el primer libro en prosa de la historia), las Leyes de Manu, el Mahabharata, los Jyatakas (el texto que recuenta las vidas previas del Buda), compilaciones de los sutras del mahayana, algunos puranas, estudios comparativos del cristianismo y el hinduismo, por supuesto las Upanishad, diferentes versiones del Rig Veda y el Sama Veda, textos islámicos, textos y comentarios de los misterios egipcios y sus rituales soteriológicos, textos sobre las religiones de Mesoamérica, todo tipo de comentarios de los diferentes libros, la Biblia y todo tipo de traducciones, incluyendo una versión sánscrita de la Biblia, textos de las diferentes sectas cristianas, textos de William James, Martín Lutero, John Locke y muchos otros pensadores, textos de astrología clásica, de los misterios de Eleusis, y textos tan especializados como un estudio de la adoración del falo y la vagina (lingam y yoni) en la India.