Delito vs Pecado.

El CDC (Código de Derecho Canónico) no contempla la posibilidad de que las víctimas o testigos de un abuso sexual presenten una denuncia a la autoridad civil y, en cuanto al delito contra las leyes eclesiales o la fe católica, las sentencias pueden ir desde la privación de derechos y privilegios hasta la suspensión del estado clerical, pero ninguna sanción implica un resarcimiento de tipo material para la víctima, como tampoco privación de libertad para quien cometió algún tipo de abuso.

Es decir, cuando un sacerdote comete un abuso sexual se considera que es un pecado, y no un delito civil. Como en otras muchas religiones y/o sectas.  Por ejemplo…Leer…

En el esquema de la Iglesia Católica lo usual es la práctica de una política de encubrimiento, hasta ahora, con el caso de los obispos de Chile obligados a renunciar y en Australia con el enjuiciamiento al otrora poderoso jefe de las finanzas del Vaticano Cardenal Pell; antes con los escándalos en Irlanda, Boston (EE.UU.), Mexica, Republica Dominicana, España, Italia, etc…

Práctica común era… cuando un sacerdote es acusado de cometer un delito de abuso sexual sobre un menor, el mismo suele ser trasladado “de territorio” a fin de que la justicia ordinaria del territorio en donde ocurrió el hecho no pueda accionar sobre ese sacerdote.

Por otra parte, el Vaticano se rehúsa a brindar información sobre cualquiera de sus integrantes, o sobre el resultado de sus investigaciones internas respecto del tema de abusos sexuales, muy aparte del “secreto de confesión” que equivale al “secreto bancario“. Una política puesta en duda por la Comisión Real de Australia que investigo el tema.

Por ello la importancia en los casos actuales (Chile y Australia) cuando las autoridades judiciales de esos Estados le exigen a la Santa Sede, como otro Estado, acceso a las investigaciones de conductas delictivas de sus “nacionales” que están tipificadas como delitos en sus códigos penales vigentes. Veremos la respuesta Vaticana, hasta ahora se ha hecho silencio y no se ha permitido el acceso a esas actas e informes sobre violaciones y abusos a menores.

El tema de la pedofilia  (como lo fue el lavado de dinero y activos revelado por los libros “Avaricia” y “Cuervos del Vaticano”) estriba que el principal problema para trasladar el conflicto de lo canónico al sistema judicial civil es principalmente económico, del derecho administrativo y penal. La Iglesia Católica corre el riesgo de ser considerada una «empresa» que debe asumir el costo económico de los delitos cometidos por sus funcionarios, en tanto encubridora de los mismos, o como partícipe indirecta al no establecer sistemas efectivos que hagan imposibles los abusos sexuales.

Tras enfrentar el pago de millones de dólares, varias diócesis y archidiócesis se declararon en quiebra para que las demandas por abuso sexual se resuelvan en las cortes de bancarrota. Así fue surgiendo la idea de enjuiciar al propio papa.

Pero el tema va más allá del tema económico. Incluye además del tema penal la ética y consideraciones morales, para una institución religiosa que asume ser defensora de la integridad física, moral y espiritual de la persona humana, y al mismo tiempo encubre a su interior actos que denigran esa integridad de la persona.

Además la vitalidad desde el Concilio Vaticano II del discurso moralizante que tiene como base la sexualidad humana, su oposición a todo lo referente a la liberación sexual y de los derechos civiles: matrimonio igualitario, control de la natalidad, la sexualidad como placer y no como reproductivo, los anticonceptivos, etc…

En cuanto a las víctimas, los menores primero deben “procesar” el daño que están recibiendo de una “autoridad moral y religiosa“, de alguien que muchas veces fue su “gran amigo“, armarse de valor para estar en condiciones de realizar la denuncia y luego encontrar dónde, cómo y a quién presentarla. Es decir, cada caso denunciado representa a muchos más que permanecen en silencio y en una proporción que varía dependiendo de lugar y época. Así como también cada denuncia que llega a juicio representa a muchas otras que son desestimadas o que acaban en un acuerdo conciliatorio entre partes.

El proceso de “duelo” para la víctima se torna mucho más difícil cuando quien causa el daño permanece impune, y todavía peor, gozando del privilegio de exhibir autoridad moral y religiosa ante el resto de la comunidad regional como internacional. La situación se vuelve más adversa cuando una buena parte de la sociedad tiende a creer que detrás de las denuncias priman tan “sólo un interés monetario“, o un “afán por desacreditar a un personaje público“. Muy “extrañamente“, pese a la gravedad y dimensión de estos hechos, no son muchas las naciones que, como Australia, investigaron a fondo sobre el tema.

Los casos de abusos sexuales dentro de la Iglesia Católica necesariamente llevan a cuestionarnos de si el celibato tiene alguna influencia en el asunto. Justamente, la investigación llevada a cabo en Australia, y que demoró cinco años, arroja como resultado el hecho de que si bien el celibato no es causa directa, sí es una condición que permite que los abusos a menores sean más factibles. Y aquí se vuelve a lo económico, porque una cosa es el mantenimiento de un sacerdote soltero, y otra cosa el costo de mantener a un sacerdote, a su esposa, y a todos sus hijos.

Que la Iglesia Católica permita a sus sacerdotes casarse le significaría un aumento en el gasto, porque al costo del sacerdote, tendría que sumársele el costo de los hijos (educación y salud). Cabría analizar si los hijos de los sacerdotes optarían por una educación privada o pública, igualmente, si accederían a un sistema de salud estatal o privado. En un aparte se evidenciaría si los hombres de sotana están capacitados para vivir, en lo que vida de familia se refiere, lo valores que profesan, o si se verán impulsados a adoptar las causales de divorcio estipuladas en las leyes civiles habituales.

7 opiniones en “Delito vs Pecado.”

  1. Saludos huxley
    Ya le respondí a los comentarios que hizo hace meses en mi blog, perdone la demora pero estas vacaciones no han sido como otras. Pero ya está allí mi respuesta por si le interesa.
    Del artículo me gustaría decirle que la Ley de la Iglesia se limita a lo que en Esta se puede perder, cívicamente será culpable y sancionado de otras formas por ese mismo delito.
    Del celibato me gustaría decir como Francisco que sería quizás «la solución, pero no la causa del problema». El sacerdote pedófilo es una abominación, un hombre que cede al sentimiento retorcido de la carne. Si no se aguanta que vaya a un prostíbulo o que se enamore por ahí, de estos últimos yo conozco a algunos, pero es inadmisible el abuso con los menores y eso es una condición que nada tiene que ver con el celibato como causa directa.
    Si bien la Iglesia ha sido demasiada recelosa con estos casos, encubriendo algunos que hasta chocan frontalmente con la legalidad establecida debemos entender varias cuestiones: -la mayoría de estos casos se han dado en muchos lugares buscando dinero fácil de la Iglesia, -la mayoría de estos casos no pasan de ser aprovechamientos viles que no llegan al acto de la penetración ni a juegos profundos de este tipo, -las diócesis, no creo que por maldad y al no ver en esto una epidemia, decidían unilateralmente separar al sacerdote a la oración y penitencia mientras se compraba el silencio del abusado, aunque ha habido de todo, -que sea un sacerdote el que abuse de un menor supone mezclar de tal forma la santidad con el pecado que ya no entendemos que es lo uno ni lo otro, estos actos deslegitiman tanto nuestras creencias que perdemos la capacidad de evangelizar según nuestra vida, pero debemos de entender que es por ello que resulta la pedofilia tan mediática en los curas aun cuando es inferior a muchísimos otros sectores, maestros, médicos, abogados, protestantes, etc. suman cifras más escandalosas. Y bueno muchas cosas más se podrían decir de lo que sin duda alguna es un pecado y un bochorno para la Iglesia.

  2. Que profunda repugnancia. “Sentimiento retorcido de la carne” ni que sentimiento, sentimiento es una palabra de la que ustedes no tienen ni la menor jodida idea, presos deberían estar por delincuentes, depredadores y corruptos y para colmo amparados en el sagrado nombre de Cristo. Repugnantes. “Sentimiento retorcido” la otra opción que se vayan y se enamore o se vayan de putas. Enamorase sinónimo de putas o de “sentimientos retorcidos” vaya confusión en sus trastornos mentales y teológicos, enamorarse proviene de amor, putas proviene de su enfermizo machismo. Su celibato o su pobreza es una falsa tan abrumadora como el “yo conozco algunos”. Repugnantes, las victimas victimizadas acusadas de buscar dinero fácil. En Chile, al menos las victimas, buscan que ustedes, digo los pedófilos y sus encubridores, vayan a un tribunal secular para que se haga justicia. Dinero fácil de la iglesia, dinero fácil, la misma iglesia que se sustenta en el celibato y la pobreza ahora es multimillonaria. Dinero fácil lo han obtenido ustedes aliándose a los poderes terrenales, imperiales y saqueadores desde Roma a Pinochet. Asco deberían sentir de tan siquiera mencionar el tema del dinero. Déjenlo el resto a los tribunales seculares. “Aprovechamientos viles” o “juegos profundos” Que asco. Que significa esa retórica retorcida de aprovechamientos y juegos: sexo oral, sadomasoquismo, masturbación, pornografía digital, violencia sexual. Las diócesis –al menos la chilena- esta corroída de maldad y corrupción como gran parte del Vaticano, con sus “juegos profundos”. Nada de oración: tribual, veredicto y cárcel, si desean orar y ser célibes que lo hagan en prisión (si los otros internos los dejan en la paz de sus eminencias). Claro, no se trata de santidad o pecado, se trata de pedofilia y abuso, violencia contra menores, en muchas ocasiones indefensos por ser débiles mentales, enfermos, huérfanos y pobres. El tema de la mediatez de la pedofilia entre los sacerdotes, obispos y cardenales claro que es mediática. Primero porque es entre la iglesia romana y católica en dónde se dan los mayores abusos contra los menores, las mujeres, abusos sexuales, físicos, psicológicos, bien documentados en docenas de informes desde la UNICEF hasta los gobiernos. Segundo, y cito a un reconocido escritor catalán, intentando responder a la forma que ustedes responden al bochorno, el asco y la repugnancia.

    “El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”, como si su Iglesia no llevase siglos tirando piedras contra todos los pecadores (según su criterio), aterrorizándolos con la amenaza del infierno, persiguiendo a disidentes y herejes, quemándolos de vez en cuando, forzándolos a abjurar de sus convicciones, expulsando a los que se desviaban del dogma, imponiendo a creyentes y a no creyentes su fe y su concepción de la moral, obligando a todos a cumplir con sus preceptos, dictando leyes a su conveniencia. ¿Por qué se hace hincapié en los delitos sexuales cometidos por eclesiásticos? Porque éstos llevan la vida entera haciendo hincapié en los “pecados” de los demás, y han condenado y castigado con dureza sus faltas y debilidades. Porque son ellos quienes en buena medida han decidido qué era delito y qué no. Porque ellos han reclamado secularmente –y en España siguen, hasta donde pueden– la exclusividad en la formación, enseñanza y adoctrinamiento de los niños. Porque a lo largo de la historia han dicho o exigido a los padres: “Entregadnos a vuestros vástagos, somos lo mejor para ellos”.

    Gracias por este Blog.

    1. Santiago de Chile.- Las víctimas que han denunciado públicamente abuso sexual del peor cura pedófilo de la Iglesia Católica chilena demandaron por perjurio al arzobispo emérito de Santiago y cercano colaborador del papa Francisco, el cardenal Francisco Javier Errázuriz.

      The Associated Press accedió a la demanda presentada el jueves, en la que los querellantes acusan a Errázuriz de ser “autor del falso testimonio, en grado de consumado, previsto y sancionado” en el Código Penal, y en contra de otros que pudieran resultar culpables como autores, cómplices o encubridores del mismo delito.

      Errázuriz integra el G9, un grupo de cardenales que asesoran teóricamente a Francisco en la reforma que, con mucha resistencia, intenta introducir en la curia romana, el conjunto de órganos de gobierno de la Santa Sede y de la Iglesia católica.

      La querella criminal es liderada por el abogado Juan Pablo Hermosilla en representación del periodista Juan Carlos Cruz, el cirujano James Hamilton y del filósofo José Andrés Murillo.

      Claramente agotados, los tres escribieron en sus cuentas de Twitter que “ya basta”. Todos han batallado desde comienzos del 2000 ante diversas instancias de la Iglesia Católica para denunciar los abusos sexuales de Karadima. No fue sino hasta 2010 que El Vaticano les escuchó y condenó al cura a una vida de penitencia y oración.

      La demanda fue ingresada a los tribunales un día después de que una sala de la Corte de Apelaciones rechazara incluir en un proceso de apelación una carta de Errázuriz de 2009 enviada por él al nuncio Giuseppe Pinto en la que le reconoce que no pidió interrogar a Karadima, acusado de pedofilia por las víctimas, “por respeto” al entonces poderoso cura y que tras consultar a un obispo formado por Karadima cerró el caso.

      El tribunal dijo el miércoles que la carta estaba fuera de plazo y citó a las víctimas y al arzobispado santiaguino a una audiencia de conciliación el 20 de noviembre próximo. Los afectados rechazaron la negociación y pidieron a la Corte de Apelaciones que dé un fallo. Si pierden en esta instancia, apelarán a la Corte Suprema, dijo Cruz a la AP.

      Insisten en que no negociarán porque lo primordial para ellos es que el arzobispado asuma su responsabilidad.

  3. Gracias por el blog, te actualizo del tema en chile.

    efe

    La Corte de Apelaciones de Santiago revocó un fallo de primera instancia y condenó al arzobispado de Santiago a pagar una millonaria indemnización a tres víctimas de Fernando Karadima, un influyente párroco que durante décadas abusó sexualmente de niños y adolescentes.

    Según confirmaron este domingo los favorecidos por el dictamen, la Iglesia deberá pagar 450 millones de pesos (unos 670.000 dólares) a James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo, según el fallo unánime de la IX Sala del tribunal de alzada.

    En primera instancia, el juez Juan Muñoz había rechazado la demanda presentada contra Karadima por las tres víctimas, que han liderado las denuncias de los abusos cometidos por representantes de la Iglesia y que hace algunos meses fueron recibidos por el papa Francisco en el Vaticano.

    Los tres han acusado a los cardenales Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati, el primero arzobispo emérito de Santiago y el segundo actual titular de la archidiócesis, de encubrir los abusos de Karadima, que hace unas semanas fue expulsado del sacerdocio por el papa argentino.

    Karadima, a quien la Justicia canónica condenó a una vida de oración y penitencia, pero al que los tribunales chilenos no condenaron por estar sus delitos prescritos, fue un influyente párroco en un pudiente barrio de Santiago, formador de medio centenar de sacerdotes, de los que cinco llegaron a ser obispos.

    El cambio de giro de la Justicia se debió, según el diario La Tercera, al descubrimiento de una carta del cardenal Errázuriz al nuncio Giuseppe Pinto en 2009, en la que señalaba que tras recibir las denuncias contra Karadima había resuelto no interrogar al párroco para no causarle molestias.

    La misiva fe hallada durante los registros en el arzobispado de Santiago realizados en junio pasado por el fiscal de la región de O’Higgins, Emiliano Arias.

    «HISTÓRICO. Iglesia pierde y se admite encubrimiento, negligencia y mentiras. Desde hoy un mundo más seguro para niños», publicó en las redes sociales Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de Karadima.

    «Cardenales Errázuriz, Ezzati y su banda de obispos expuestos como lo q son…unos delincuentes! Por fin el triunfo para tantos que han sufrido por sus crímenes», añadió Cruz, que vive en Filadelfia (Estados Unidos).

    «Hoy está más crujiente la marraqueta (pan)», publicó por su parte José Andrés Murillo, mientras James Hamilton escribió «Encubrimiento = crimen».

    Según un catastro publicado por la Fiscalía Nacional de Chile a finales de agosto, actualmente hay 119 investigaciones en curso contra 167 personas relacionadas con la Iglesia imputadas y con 178 víctimas cuantificadas, 79 de las cuales eran menores de edad cuando ocurrieron los hechos.

    En tanto, el papa Francisco ha aceptado la renuncia de cinco obispos chilenos, después de que el pasado mes de mayo los 34 obispos del país presentaran en bloque su dimisión ante el pontífice en el Vaticano tras reconocer que habían cometido «graves errores y omisiones».

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