Da que pensar…

David Foster Wallace como todos los genios no deben morir. Pero no solo murió, sino se suicidó.

David Foster Wallace nació en una familia de profesores universitarios (él de filosofía, ella de inglés) en Ithaca, Nueva York, en febrero de 1962. Tras una adolescencia entregada al tenis —tema presente en ensayos y ficciones—, se licenciaría summa cum laude en inglés y filosofía.

Publica en vida dos novelas y varios libros de ensayo y periodismo. Para concluir la historia del siglo XX.  Un siglo de literatura que comenzaría con la transgresión de los modernistas y la obsesión por romper con el siglo XIX. Un siglo para el cual la historia de la literatura acabaría convirtiéndose en la Historia de las formas de contar historias, en donde tanto críticos como autores parecieron especialmente interesados en el aspecto formal del relato.

O en palabras del propio Wallace: “todas las Novelas Serias después de Joyce suelen ser valoradas y estudiadas principalmente por su grado de innovación formal”. Aunque, en verdad, aquellos a los que conocemos como grandes maestros del siglo XX, ¿no se caracterizaban precisamente por su ruptura con el siglo anterior? Curiosamente, sobre los fantasmas de James Joyce, Samuel Beckett, Georges Perec, Gerturde Stein, Jorge Luis Borges, Virginia Woolf, Franz Kafka, Marcel Proust, Julio Cortázar, William Burroughs, Italo Calvino, John Maxwell Coetzee… siempre sobrevuela una idea más o menos vaga que gira en torno a la experimentación y ruptura.

La lectura de Wallace y la propia interpretación de sus escritos parecen impensables sin atender a ciertos elementos ajenos al texto que envuelven su ficción, como puedan ser el entorno editorial donde se inscribe, la biografía y la fatídica suerte del autor o la subjetividad que rige su literatura. DFW, de hecho, parecía consciente de la necesidad de reivindicar una crítica que no se atuviese sólo a criterios textualistas; él mismo llamaría “Falacia Afectiva” a “la evaluación de una obra de arte basándose en sus resultados, sobre todo en su efecto emocional”. Algo que, junto a la “Falacia Intencional” (intentio auctoris, lo llamaría Umberto Eco; se refiere a que la interpretación que el autor da sobre su propia obra no tiene por qué ser la interpretación principal o verdadera).

David Foster Wallace nos dejó en su literatura innumerables pistas de que él era, tal vez, la principal fuente de inspiración de su propia ficción. La niña del pelo raro, libro en el que varios relatos abordan la familia como institución coactiva y amenazadora, está sarcásticamente dedicado a la “Mr. And Mrs. Wallace Fund for Aimless Children”.

En Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer, Wallace denuncia la incomodidad que produce una cámara, pues obliga a sonreír fuera de contexto; está claro que no todo el mundo es igualmente frágil ante una cámara de televisión pero cualquiera que haya visto una entrevista con el escritor puede advertir su embarazo frente a los periodistas.

La broma infinita, su novela más extensa, gira alrededor de un tenista adolescente, brillante tanto en sus estudios como en la práctica deportiva, perfil que encaja sin problemas en la figura del propio Wallace. En un artículo publicado en The Awl sobre la colección privada de libros de autoayuda que poseía el escritor, la periodista María Bustillos comenta cómo Wallace culpa a su madre de buena parte de su sufrimiento. En su libro de divulgación matemática, DFW muestra su interés por Kurt Gödel (a quien dedica un relato en La niña del pelo raro). “También falleció como resultado de una enfermedad mental”, dice en referencia al matemático Georg F.L.P. Cantor, que murió en un sanatorio.

Precisamente, esa introducción a Everything and More complica las cosas aún más: “Los casos de grandes matemáticos con enfermedades mentales han tenido una enorme repercusión en los escritores pop y directores de cine […] El Matemático Mentalmente Enfermo se asemeja a lo que el Caballero Errante, el Santo Humillado, el Artista Torturado y el Científico Loco, un Caballero de Paris adscrito a los «ismos superfluos de la historia».

Han significado en otros tiempos: una especie de Prometeo, aquel que se dirige a lugares prohibidos y regresa con dones para que todos los podamos usar pero por los cuales tan sólo él ha pagado”. Por si fuera poco, en una nota a pie de página leemos: “Decir que el ∞ [infinito] volvió loco a Cantor es como lamentar la pérdida de San Jorge con el dragón: no es sólo falso sino también insultante”. Como todos sabemos, David Foster Wallace murió a causa de una enfermedad mental. Paradójicamente y contrariando la famosa muerte del autor que proclamó Barthes, el autor nunca estuvo tan vivo…

 Uno de los conceptos más sonados en las lecturas que se han hecho de DFW es la idea de “postmodernidad” literaria. Wallace no tardaría en burlarse de semejantes nociones, que generan preguntas como: de qué hablamos cuando recurrimos a ellas en filosofía, cómo pueden aplicarse entonces a la ficción, o qué rasgos inequívocos envolverían a esa literatura postmoderna o post-postmoderna. La cuarta enseñanza es de Nabokov: “Si uno empieza con una generalización prefabricada, lo que hace es empezar desde el otro extremo, alejándose del libro antes de haber empezado a comprenderlo”.

Para sus críticos, la prosa de Wallace comprendió rasgos, en ocasiones contradictorios, como los que siguen: piruetas formales, descripciones agotadoras, una obsesión excesiva con la forma del relato que resultaba carente de sentimientos, una sentimentalidad extrema, experimentalismo (aunque DFW admitiese no tener ningún interés hacia la literatura experimental, y se considerase a sí mismo como escritor realista), un humor corrosivo, una crítica brutal a la sociedad de consumo norteamericana, una asunción total de la cultura pop norteamericana, una asunción de la hegemonía de los lenguajes audiovisuales, digresiones excesivas, un estilo conscientemente alambicado y plúmbeo, un desafío contras las reglas básicas de la narrativa, una obsesión con la imposibilidad de narrar y una crítica frontal contras las formas realistas. Con todo, siguen faltando cosas.

Wittgenstein habló del sujeto que no pertenece al mundo siendo el propio sujeto límite de ese mundo, lo cual explicaba con la metáfora del ojo que no se ve a sí mismo. James Ryerson, en A head that throbbed heartlike (Fate, Time and Language), recuerda que el solipsismo “en ocasiones referido como una doctrina pero también como metáfora de la desolación y la soledad, impregna la escritura de Wallace”. En cierta ocasión, DFW le comentó al crítico Larry McCaffery que las Investigaciones Filosóficas de Wittgenstein “eliminaban el solipsismo pero no el horror. La única diferencia entre este nuevo enunciado y aquel otro en el Tractatus era que en lugar de estar atrapados solo en nuestro pensamientos privados, estábamos atrapados juntos, con otra gente, en la institución del lenguaje”. He aquí una hipótesis para los habituales laberintos textuales de DFW: es necesario leer su obra en clave filosófica.

En Mundo Adulto II (Entrevistas breves con hombres repulsivos), la trama transcurriría de la siguiente manera: Jeni Roberts arregla una cita con su “Antiguo Amante” y le pregunta si alguna vez fantaseó con otras mujeres en sus relaciones sexuales ; él (A.A.) lo niega con vehemencia, llorando, hasta confesar que aún sigue deseándola, que en ocasiones piensa en ella cuando hace el amor con su actual novia y que todavía se masturba en secreto acordándose de Jeni “hasta el extremo de hacerse daño”. A.A. le suplica que abandone a su marido, o bien que acudan al Holiday Inn siguiendo por la autopista para pasar el resto de la tarde haciendo el amor. Entonces cogen sus respectivos coches. Jeni detrás del Antiguo Amante; A.A. gira a la entrada del Holiday Inn pero ella, en lugar de torcer, sigue recto e imagina cómo él, bajo el chaparrón, correría por el aparcamiento viendo su automóvil alejarse. En adelante, la relación de Jeni con su actual marido mejora. “El matrimonio entra en una fase nueva más adulta”. Conforme pasa el tiempo los encuentros sexuales entre ambos van esparciéndose en el tiempo, hasta que en el séptimo y octavo año ambos se masturban en soledad y con frecuencia, y hacen el amor cada dos meses, lo cual es “una aceptación tanto como una celebración de ciertas realidades libremente adoptadas”…

A ninguno de ellos parece importarles, sino que ahora lo que los une es una profunda complicidad. Curiosamente, creo recordar que éste el único relato que en la prosa de David Foster Wallace encierra algo parecido a un final feliz. Da que pensar.

Perversamente obvio.

Conocí a Malcolm Gladwell de casualidad, ambos descansábamos en el mismo hotel de sol y costa en Cuba, ambos con una familia repleta de mujeres ruidosas, bellas e inteligentes, ambos de orígenes caribeños y europeos.

No conocía sus libros, pero el destino siempre es el azar vestido de secretos y oportunidades, una amiga en común nos presentó, hablamos entonces un par de horas en la playa, de las hijas, de las mujeres, de la verdad intuitiva y las noticias falsas en la red, de Cuba, de Martí, del futuro que se hace imprevisible por necesario. Después supe que era un hombre que vende millones de libros, entre sus lectores están Bill Gates y Bill Clinton, en Cuba nadie lo conocía: reía entre el sol y la arena bebiendo cervezas nacionales, por lo que ningún medio le solicitaba una entrevista. Su aspecto y trato es el de un hombre simple, sencillo, sincero…un mestizo caribeño (madre jamaiquina, padre ingles).

Ahora le debo a esa misma entrañable amiga la recomendación de un podcast extraordinario del mismo Malcolm Gladwell.

En un anterior post explicaba el desconocimiento de los podcast entre los cubanos como los libros de Gladwell. La presencia casi nula de cubanos en las librerías de podcast en la Red, posibilidad de comunicación que resulta barata y fácilmente manejable con los recursos limitados de ancho de banda y altos costos de acceso en la Isla.

Quisiera volver a compartir lo mejor que puede ofrecer ese medio magnífico. Se trata de Revisionist History de Malcolm Gladwell. Está ya en su tercera temporada.

Pueden escucharse los veinte capítulos en http://revisionisthistory.com/ .

O descargarse en cualquiera de las librerías de podcast. Se trata, como lo dice en su presentación, del intento de repensar aquello que damos por comprendido. Tiene razón: el pasado merece una segunda oportunidad.

El periodista canadiense ha examinado en varios volúmenes lo contra intuitivo. Sabe bien que la verdad se esconde en lugares comunes, en datos ocultos y en prejuicios. Los saberes recibidos suelen ser engaños confortables de los que alguien saca beneficio. De eso mismo habla en el podcast pero lo hace con un tono distinto. Las historias de cada programa adquieren una extraordinaria intimidad. No son pocos los capítulos terribles, los conmovedores, los que desatan la indignación. Nada tan íntimo como la voz. Nada tan honesto como el sonido de las palabras, sus silencios, sus acentos. La voz no puede ocultar la tristeza, rabia, duda, asombro. Lo sabe bien Gladwell y quiere usar el poder del audio y de la palabra: hacernos pensar pero también hacernos llorar.

(Vale advertir que será difícil en algunos capítulos contener las lágrimas).

El talento narrativo de Gladwell se pule para alcanzar su mayor brillo en este producto auditivo. Las historias que cuenta se enredan y se aclaran magistralmente. Los secretos de una vieja exposición de pintura, los efectos mortíferos de una amistad, las revelaciones de la música country, alguna lección de un basketbolista, las paradojas de la sátira. En cada oportunidad Gladwell confronta nuestras expectativas, juega con la idea que tenemos del mundo y la somete al ácido de su inteligencia interrogante. Hilos que parecen inconexos se van trenzando para conformar el argumento.

Uno de los capítulos abre con dos cápsulas: una sobrecogedora descripción de la hambruna en Bengala en 1943 y el retrato de un excéntrico físico inglés. En 34 minutos Gladwell exhibe el impacto de las lucubraciones de ese aristócrata en la muerte de millones de indios. Si el poder te puede hacer pasar hambre simplemente te hace pasar hambre porque puede. ¿Cuál fue la causa de la hambruna en Bengala, pregunta Gladwell? Creo que fue una amistad, responde. Cada capítulo es un enigma que se resuelve ante nuestro oído: algo que parece obvio es, en realidad, un engaño; eso que esperamos que produzca el efecto virtuoso desencadena consecuencias funestas. Gladwell sabe sacar jugo a los trabajos de la academia pero, sobre todo, sabe hacer buenas preguntas y contar historias. Un detective intelectual que no se deja llevar por la corriente de las opiniones hechas.

Siendo auténticamente conmovedor, este trabajo de Gladwell es, probablemente, el más político de todos los que ha hecho el investigador canadiense. Hay una línea común en todos sus casos: nuestro entendimiento del mundo no es resultado de nuestro interés por la verdad sino un efecto del poder. El poder declara lo razonable, lo útil, lo valioso y barniza con cera nuestros ojos para que seamos incapaces de ver lo que tenemos frente a los ojos. Su gran victoria es la cancelación de las preguntas. Acercarse a este podcast es maravillarse ante una inteligencia que interroga eso que yace perversamente como obvio.

La Habana para un Perro Difunto.

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Hace unos días intercambiaba con un par de amigos mexicanos por Twitter sobre literatura cubana, creen, mejor les han hecho creer desde la metrópoli que la literatura cubana es Leonardo Padura y Pedro Juan Gutiérrez.

No les bastó lo que les dije por la red social del pajarito azul, insistieron y me acaban de enviar la novela “Carne de Perro” de Pedro, con la vana esperanza de salvar mis gustos literarios y demostrar cuan equivocado estoy en descartar la lectura de los “mayores escritores” de Cuba.

El mercado manda. Cuatro Estaciones y Trilogía Sucia de La Habana, son para ellos no solo los mejores libros escritos desde La Habana, son La Habana para un Perro Difunto.

Extraña hipertextualidad la de ambos novelistas: mujeres-carne-de-perro y hombres-que-aman los-perros. Del libro de Pedro, no pude pasar de la primera página, cuando cita una de mis lecturas predilectas:

Todo el mundo está dividido en dos partes

De las cuales una es visible y la otra invisible

Aquello visible no es sino el reflejo de lo invisible.

Zohar 1, 39.

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No pude continuar con “Carne de Perro”.  Aunque si leí dos veces la historia de Mercader…Entonces. Me serví un vodka doble con sumo de naranjas y bese en la frente a mi hija más pequeña (tiene mucha suerte).

Busque en mi librero y me puse a repasar al azar las “haMidrash haNe’elam” del Zohar, los comentarios perdidos, la relación del ego con la oscuridad, el Midrash que me relaciona con La Habana y todo el Universo, una ciudad más abierta, menos sórdida pero más oscura que la descrita en la novela, mi alameda Santa Catalina roja,  loca y perfumada de Framboyanes en Flor, mi cine de barrio en ruinas y mis mujeres que no son  –por suerte-   carne de perro como las de Pedro.

PD

Estoy regalando un ejemplar de “Carne de Perro” y otro de “El hombre que amaba los perros”. Contactar.

 

Secretos de mujeres.

Con el sugerente título Mujeres: la sexualidad secreta, las autoras abordan un tema tabú, controvertido, tratado livianamente o, en la mayoría de los casos, silenciado.Éste no es un libro sólo para mujeres. Quizás a quienes más sirva sea precisamente a los hombres…Se combinan en esta obra la extensa experiencia terapéutica de una psicóloga talentosa con la pluma y la capacidad expresiva de una periodista inteligente y aguda. Conceptos como frigidez, multiorgasmo, masturbación o falte de deseo aparecen tratados en una dimensión tan real como natural. Para una mujer, constatar que muchas de sus semejantes jamás han mirado sus genitales o, para un hombre, enterarse de que prácticamente todas sus parejas han fingido placer en algún momento, seguramente resultará novedoso y hasta estremecedor. Nada de lo que pueda leerse en estas páginas ha nacido de prejuicios médicos o religiosos o de la imaginación de las autoras. El material, recogido en veinticinco años de terapias y confidencias, tiene la riqueza insuperable de la revelación que se produce en ese lugar secreto donde las personas expresan sus más íntimos deseos y temores. Estamos frente a un libro indispensable que «se atreve» con el sexo de las mujeres, aporta al encuentro entre ellas y los hombres, y a la unión donde el placer se hace posible.

Después de la lectura de Mujeres: la sexualidad secreta su relación con el sexo no será la misma. indispensable que «se atreve» con el sexo de las mujeres, aporta al encuentro entre ellas y los hombres, y a la unión donde el placer se hace posible.

Las autoras, Patricia Politzer nació en Santiago en 1952, estudio periodismo en la Universidad de Chile, donde se graduó como periodista con distinción unánime.Eugenia Weinstein nació en Santiago en 1950. Se graduó como psicóloga clínica en la Universidad Católica de Chile y obtuvo el Master de Ciencia en Psicología en la Universidad de Wisconsin. Durante sus años de residencia en México fue docente e investigadora de la Universidad Autónoma de México (UNAM). Ha sido también profesora de las universidades Católica de Chile y Diego Portales. Actualmente ejerce como psicoterapeuta en práctica privada.

Podcast y Cuba.

 

Is the internet broken?

And has the utopian 90s net been replaced by digital feudalism, where a few powerful entities wield control over all of us digital serfs?

This ask did Jordan Erica Webber looks at internet-enabled dystopia, and how even the technology designed to do good can end up causing harm.

The way of Facebook or Google used of data are broken Internet or not. How we could understand this from Cuba, one the country less connectedin the world. But at the same time Cubans Facebook users increases more than 360% from 2014 to 2018 and Google are the number one search option in Alexa ranking from Cuba.

Last week I ask this question to a group of Cubans artist and IT professionals and this perspective about it are so far away like the lights “El Moro” saw in the US. They need fist stay on line…

I ask him about the Cuban podcast communities and no one know or used podcast to make art, consumer information or communicated they point of view.

Make podcast are easy and ship up load to the internet.

So, I wish shared this podcast with you and know how does the nature of trust change when it’s algorithms we’re relying on? And what does China’s social credit system – in which your accountability is graded not just on your own actions, but also those of your friends – tell us about our own society?

In this one Jordan Erica Webber speak withRachel Botsman, author of Who Can You Trust?and to Luciano Floridi, professor of philosophy and ethics of information at the University of Oxford.

Please download here this one and know work the podcast communities in the world to make a better place to dream and life.

El evangelio de la familia…

El mundo ha cambiado radicalmente en las últimas tres décadas. Pero Irlanda va a mucha mayor velocidad que el resto del mundo. El catolicismo romano mantiene cierta influencia en la isla del mar del norte, pero desde el 2009 cuando la “Comisión Ryan” dio a conocer 80 años de abusos al menos a 32.000 menores y el encubrimiento de las autoridades eclesiásticas,los irlandeses han decidido democráticamente enormes transformaciones estructurales que han salido adelante pese a la oposición sistemática de la Iglesia Católica.

Hoy Irlanda tiene un primer ministro homosexual elegido democráticamente, ha despenalizado la homosexualidad, el divorcio, el aborto y permitido los matrimonios homosexuales, sobrevivido a una crisis económica de la que salió más rápido y más fortalecida que ningún otro socio de la Unión Europea. Los niveles de vida y educación son ejemplo de políticas seculares inclusivas para otras naciones de tradición católica en Europa como España e Italia.Irlanda ocupa el séptimo lugar en el índice de desarrollo humano, cuenta además con los mejores indicadores de libertad económica, política y de prensa de toda la UE.

El catolicismo ha perdido importancia desde la última visita de Juan Pablo II en 1979, del 95% de la población solo el 76,1% se reconoce ahora como católico. La autoridad moral de la Santa Sede y su burocracia se debate en plena retirada.

Otros antecedentes. El desplome del bloque soviético y sus Estados materialistas dialecticos y la conclusión de la guerra ideológica entre comunismo y capitalismo hizo que la Santa Sede re-inventara su tradicional narración teológica e ideológica enfocando su discurso en la familia, pero sobre todo en lo referente a la sexualidad humana.

La sexualidad humana como último campo de batalla teológico. Las religiones monoteístas siempre han mantenido una tensa reacción en contra de la variedad y la libertad de la experiencia sexualidad humana.

El recién finalizado enfrentamiento al ateísmo comunista de un hombre como Juan Pablo II le paso a un discurso moralizante desde lo político, pero igual desde lo social y lo cultural; y, por supuesto, desde lo teológico contra el intimo reducto de la razón e individualidad del ser, su sexualidad como expresión de amor y libertad plena. Por ello Juan Pablo II deliberadamente ocultó los informes que le llegaban sobre las conductas sexuales, muchas veces criminales, de sus prelados, seminaristas, mojas, presbíteros, cardenales y eminencias…La dialéctica era demasiado contradictoria para hacer coincidir realidad con su narración.

Por ello la Santa Sede centro su propaganda universal; primero: en la desigual distribución de la riqueza en un mundo gobernado por un capitalismo globalizado y trasnacional; y segundo:en contra de la secularización de la sociedad con una defensa tradicionalista del comportamiento humanoconcerniente a su sexualidad (familia, matrimonio, concepción, divorcio, anticoncepción, etc…);sin percatarse que por su propia historia su discurso sobre estos temas encierrauna insalvable contradicción interna asentada en unasuperestructura monacal, célibe y monárquica que se sostienepor igual en mecanismos trasnacionales tradicionalistas, enobjecionessustentadas en estructuras misóginas, patriarcales y discriminatorias,  pero sobre todo en el comportamiento de los individuos que las sostienen y reproducen que han (de)mostrado su incapacidad no solo para enfrentar las conductas sexuales de sus miembros  -y sus comportamientos criminales-  sino para afrontar la creciente secularización de las  relaciones humanas con respecto a su sexualidad, la familia y el matrimonio.

A consecuencia de esa lógica interna el Vaticano en el 2015 seleccionó a Dublín, Irlanda como sede del noveno “Encuentro Mundial de las Familias” bajo el pomposo título de “El Evangelio de la Familia. La Alegría para el Mundo”.En un esfuerzo parasaldar sus deudas concernientesal abuso y encubrimiento sistemático de sus “crímenes abomínales” en Irlanda y recuperar la influencia de antaño en una de las naciones más católicas del mundo. “El Evangelio de la familia…” seria la excusa para reforzar esa narración a favor de su visión tradicional de la sexualidad, la familia, el matrimonio y la concepción de la vida;no solo en la Isla sino en el resto del universo católico.

Una lectura pausada de los principales estudios académicos sobre la sexualidad en la Iglesia Católicarevela esas contradicciones internas, sus metáforas teológicas,  entre la reconstrucción de unaficción y la realidad de la persona humana.  Desde Karlheinz Deschner con “Historia Sexual del Cristianismo” hasta John E. Boswell con “Cristianismo, tolerancia social y homosexualismo” las contradicciones entre el discurso del Vaticano y la realidad de las sociedades y sus individuos resultan más que evidentes. No es de extrañar que“la alegría del mundo y el evangelio de la familia” concluyó con “la crónica de una pesadilla anunciada”.

Los escándalos de pedofilia y homosexualidad y el comportamiento criminal de cardenales, obispos, sacerdotes, monjas y laicos encontra de la propia integridad de la familia humana (y sus miembros históricamente menos favorecidos: mujeres y niños) se desató en Irlanda en 2009(y ahora en 2018) junto a una enorme tormenta de lluvia en Dublín. No hubo conciliación entre las partes. El Vaticano resulta una estructura lo suficientemente monárquica, vertical y antidemocrática para exponer, debatir y solucionar sus contradicciones en un ambiente abierto, democrático y plural, incluso para un papa como el argentino.

Como es posible hablar “de la alegría del mundo” cuando se encubre el abuso a menores de edad desde hace al menos 80 años por parte de instituciones que tienen como funciones proteger a la familia y educar a sus hijos. Como es posible hablar del “evangelio de la familia” cuando las instituciones de la Iglesia en Irlanda le arrebataron sus hijos a cientos de madres solteras para darlos en adopción sin su consentimiento con la complicidad de la jerarquía eclesiástica y las autoridades civiles.Cuando en la propia Argentina del Pontífice miles de abuelas todavía intentan localizar a sus nietos arrebatados de sus legítimos padres con el pleno conocimiento de las jerarquías católicas locales en complicidad con la junta militar. Como es posible hablar de evangelio y amor filial cuando sacerdotes marcaban a sus víctimas menores de edad con cruces de oro para que otros depredadores sexuales las reconocieran como tales.

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La única conciliación en el cielo irlandés fue la lluvia con Ryanair.

A pesar de las risas y el educado protocolo el desafío para el Papafue enorme, aunque estaba sobre aviso…

En una Isla donde el Vaticano solía jugar como en supatio trasero, fue recibido por un primer ministro homosexual, Leo Varadkar, quienle revindicó que el país ya no era el mismo que en 1979 o 2009, frente a frente y en público le pidió un cambio de mentalidad de acuerdo a la nueva sociedad irlandesa, acciones concretas sobre la corrupción en la curia y sus instituciones yapoyo en las acciones penales a los pedófilos y sus encubridores. El perdón está bien en el confesionario pero no resulta suficiente para reproducir estructuras sociales y psicologías sanas. Y, se lo dijeron sin mucho protocolo a Francisco, desde el poder político hastalas víctimas, se lo dijo toda una sociedad, incluyendo la iglesia católica local.

Insólito ver a un primer ministro irlandés, Leo Varadkar, homosexual y demócrata cristiano, recordándole en un discurso contundente, claro y tremendamente progresista los avances logrados gracias a las votaciones democráticas de su país para con el respeto universal de los derechos del hombre, especialmente teniendo en cuenta que el Papa había venido a hablar de las familias tradicionales y de su oposición, entre otras cosas, al aborto y el matrimonio igualitario.

Insólito fuera un primer ministro de Irlanda,  una de las grandes naciones tradicionalmente católicas de Europa, con un gobierno adscrito al idealcristiano. El discurso entonces toma proporciones épicas. No estamos hablando de una nación de mayoría protestante, luterana o anglicana como sus vecinos o de un país francamente ateo o materialista…“La Irlanda del siglo XXI es un lugar muy diferente y cada vez más diverso. Hay más gente que se adhiere a diferentes creencias, o que se sienten cómodas en religiones no organizadas. Hemos votado en nuestro parlamento un referéndum para modernizar nuestras leyes, entendiendo que los matrimonios no siempre funcionan, que las mujeres tienen que tomar sus propias decisiones y que las familias tienen diferentes formas, incluyendo aquellas encabezadas por un abuelo, un padre soltero, dos padres del mismo sexo o divorciados”.

En Irlanda, subrayó, la religión está en el centro de la sociedad, pero igual la plena libertad de los hombres. Y eso sí es una novedad.Este antiguo gran feudo del catolicismo es hoy una plaza más áspera para un Pontífice de la que encontró Juan Pablo II incluso en su comunista Polonia natal.

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El viaje coincide con la crisis y la renuncia en pleno de la elite eclesiástica en otro país tradicionalmente católico: Chile.

La percepción de las víctimas –muchas de las cuales se sostienen en su fe católica-  que a pesar de las palabras y los discursos algo no cambia cuando se trata de mantener el statu quo de “corps d`estate”: encubrimiento, luchas internas por el poder y la influencia política, la sistematización de pagos extrajudiciales para evitar juicios y condenas, complicidad con la justicia secular motivadas por intereses políticos. Conductas todas que degradan la dignidad humana en manos de aquellos que dicen pretender elevarla hasta dimensiones divinas.

El viaje coincide por ultimo con la publicación del devastador “Informe Pensilvania”.

Es la segunda vez en menos de un año que un viaje del Papa orbitará alrededor de los escándalos de pedofilia.

El pasado enero, Francisco visitó Chile y trató de esquivar la cuestión acusando a las víctimas de carecer de pruebas para sus acusaciones. Defendiendo a los victimarios. Las evidencias irrefutables lo hicieron dar un giro de 180 grados y rectificó de forma veloz e intentó subsanar el error encargando una profunda investigación e invitó a las víctimas al Vaticano. Pero el viaje desató una crisis histórica que terminó con la dimisión en bloque de todos los obispos chilenos exigida según muchos vaticanistas por el propio Francisco.El Vaticano es consciente ahora de la inflamabilidad de la cuestión. Las voces llegan incluso desde dentro de la Iglesia local, el arzobispo de Dublín, recordó la semana antes de la visita del Papa que no basta con pedir disculpas, sino que «deben aniquilarse las estructuras que permitieron los abusos».

Todo el mundo esperaba las palabras del Papa en ese sentido. Pero aportó pocas novedades respecto a la carta ya publicada o a discursos anteriores.

“No puedo dejar de reconocer el grave escándalo causado en Irlanda por los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia encargados de protegerlos y educarlos. El fracaso de las autoridades eclesiásticas –obispos, superiores religiosos, sacerdotes y otros- al afrontar adecuadamente estos crímenes repugnantes ha suscitado justamente indignación y permanece como causa de sufrimiento y vergüenza para la comunidad católica. Yo mismo comparto esos sentimientos”.

No hubo menciones directas al último escándalo destapado en Pensilvania, donde un informe del gran jurado reveló hace tres semanas que más de 1.000 niños y niñas fueron abusados por unos 300 religiosos. Tampoco al encubrimiento que según el mismo informe alcanzó al Vaticano.“Deseo que la gravedad de los escándalos de los abusos, que han hecho emerger las faltas de muchos, sirva para recalcar la importancia de la protección de los menores y de los adultos vulnerables por parte de toda la sociedad”.

Poco más para los que esperaban palabras más duras o medidas concretas, como la víctima y símbolo de esta lucha en Irlanda, Marie Collins, a quien el discurso le pareció «decepcionante» y “nada nuevo”. O seguramente también, al propio primer ministro, que sí se refirió al escándalo de Pensilvania en su discurso –“una historia trágica y muy familiar para Irlanda” y pidió sin ambages más contundencia al Pontífice.“Las heridas siguen abiertas y hay mucho que hacer para traer justicia y verdad y curar a las víctimas. Santo Padre, le pido que use su posición e influencia para asegurar que se toman medidas en Irlanda y alrededor del mundo. […] Debemos asegurarnos de que se pasa de las palabras a la acción”.

El Papa, que visitó Irlanda en 1980 para aprender inglés durante tres meses, según él mismo explicó entre risas durante el vuelo a los periodistas, afronta también en este viaje el proceso de encaje de una Iglesia católica profundamente dañada en una sociedad en la que ha perdido un importante peso, sobre todo ético y moral. El discurso de Francisco en Dublín lucia anacrónico y desfasado de lo que sucede en las calles y los hogares de Irlanda (Chile o  España). Una narración entre los milagros, familias tradicionales, el rechazo a la anticoncepción o el aborto. El aborto, según el Pontífice, está relacionado con una “cultura del descarte materialista que nos ha hecho cada vez más indiferentes a los miembros más indefensos de la familia, incluso a los no nacidos, privados del derecho a la vida”.No explicaba si la conducta pedófila o criminal de los suyosse debe al mismo “descarte materialista” o a la sordidez de una falsa espiritualidad. Lo que sí es un hecho que el pasado mayo la despenalización del aborto ganó de forma aplastante con un 64,6% de los votosen un histórico referéndum que significó un paso más en la transformación de Irlanda, a pesar de la oposición de la Iglesia. Muchos de ese 64.4% se reconocen como católicos.

El catolicismo no ha muerto en Irlanda y la Iglesia –vinculada al nacionalismo irlandés en la lucha contra el poder colonial inglés– sigue teniendo un enorme poder de convocatoria. Ojala ese poder pueda sanar las heridas y cubrir de esperanza y justicia a las víctimas y sus familias “aniquilando  las estructuras” que las reproducen y protegen,tampoco pienso ayudan las frases graciosas o las bromasimpostadas del tipo “argentinas” del Papa; horas antes de su encuentro con las víctimas, Francisco afirmó –utilizando la palabra en castellano– que la corrupción en la Iglesia era “caca”.Irlanda descubrió en 2009 y ahora en 2018 que el cielo y el infierno se encontraban mucho más cerca de lo que cabía esperar de la “caca” que gobierna Bergoglio.

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Demostrado que las cartas pastorales no son la solución a los problemas de los seres humanos.

Pero ahora esas “cartas pastorales” son el nuevo mecanismo mediático entre “los cuervos del Vaticano” para dar publicidad a sus luchas intestinas y exponer los tumores morales que corrompen su integridad; no había concluido su desolada Misaen Phoenix Park, Irlanda, aún se escuchan los aplausos de los feligreses tras enumerar uno a uno todos los pecados de la Iglesia  (mientras otros miles de personas se manifestaban en el Jardín de la Memoria)cuando el que fuera el nuncio en Estados Unidos, Carlo Maria Viganò, filtró  una carta en la que acusa al Papa de respaldar durante cinco años al que fuera cardenal arzobispo de Washington Theodore McCarrick hasta que le sancionó el pasado mes de junio retirándole el capelo por estar envuelto en varios casos de abusos sexuales, prácticas homosexuales, encubrimiento y falso testimonio.

En esta misiva de once folios, el diplomático vaticano exige la renuncia de Francisco, en tanto que le acusa de conocer la situación del purpurado porque él mismo le informó en un encuentro en junio de 2013. “Y siguió encubriendo al cardenal McCarrick”, explica Viganò, a pesar, de que, según él, le informó de que el citado purpurado “corrompió a generaciones de seminaristas y sacerdotes”. El ex nuncio señala que Francisco solo tomó medidas “cuando ha sido obligado por la denuncia de un menor, y siempre en función del aplauso de los medios de comunicación”.

De esta manera, el arzobispo italiano se erige como abanderado de la lucha contra la corrupción (¿caca?) que Francisco volvió a condenar junto a  las víctimas de abusos en Dublín, llegando a asegurar que “ha alcanzado la cima de la jerarquía eclesiástica”.

De hecho Viganò dispara contra los secretarios de Estado de Juan Pablo II y Benedicto XVI, AngeloSodano y TarcisioBertone, además del actual arzobispo de Washington, Donald Wuerl, así como al cardenal Rodríguez Maradiaga.Viganò, dixit.“Tenemos que tener la valentía de derribar esta cultura de omertà y confesar públicamente las verdades que hemos mantenido ocultas.Es necesario derribar el muro de omertà con el que los obispos y sacerdotes se han protegido a ellos mismos en detrimento de sus fieles; omertà que, a los ojos del mundo, corre el riesgo de hacer aparecer a la Iglesia como un secta,omertà no muy distinta de la que encontramos vigente en la mafia. “Lo que digáis en la oscuridad… se pregonará desde la azotea” (Lc 12, 3)”.

Sin embargo Viganò olvidórecordar en su carta que él mismo protegió a un depredador sexual como el arzobispo John Nienstedt. Por su parte Francisco explica que cuando los periodistas saquen sus propias conclusiones el dirá la suya sobre las denuncias de ex nuncioViganò.

Antes interviene otro obispo Robert Morlino de Wisconsin con su propia “cartaal estilo:yo acuso” explicando que los “crímenes abominables” son la consecuencia directa de una“subcultura homosexual en la más alta jerarquía de la Iglesia y a la enseñanza de una curia progresistay liberal que no reza lo suficiente”. Morlino exhortó a los seminaristas en su diócesis:“el deber de notificarlo directamente sobre cualquier abuso, coerción o de inmoralidades sexuales de los que hayan sido testigos o víctimas”. No explica si están en el deber de notificarle si son ellos, los propios seminaristas, los agresores y victimarios. Por lo que se espera que los escándalos continúen indetenibles en los próximos año o…siglos.

“Aniquilar las estructuras que permitieron los abusos» suena demasiado a revolución para ser ejecutada por los actuales o futuros inquilinos de las colinas vaticanas. Es como la parábola de los poderosos, el camello, la aguja y el paraíso celestial. Creoen Hamlet; algo huele a podrido en Roma ¿o esen Dinamarca, Australia, Chile, México, Boston o Pensilvania? Amén.

 

El enigma de la partida y de todas las llegadas.

El enigma de la llegada.

Recuerdo perfectamente la primera novela que leí de VidiadharSurajprasad Naipaul, “El Enigma de la llegada”, lo hice en 8 horas y 45 minutos el  tiempo exacto de un accidentado vuelo entre Madrid y La Habana, o La Habana y Madrid, ese detalle se escapa a mi recuerdo. S. Naipaul,escritor de ascendencia hindú, nacido en Trinidad y Tobago, afincando en Londres. Hombre difícil, desarraigado, colérico y siempre entre las sombras de tres continentes. Escribió en inglés y fue premio Nobel en el 2001. Acaba de morir.

Escritor del mundo pos colonial, de la explotación colonial de inmensas masas de seres humanos, de la alineación de las religiones impostadas, de lo idiomas impuestos por la fuerza de la espada o la cruz, autor de historias suprimidas, de la esclavitud sin cadenas, la de los indígenas de Trinidad, la población hindú de la isla que olvida el idioma de sus ancestros, los musulmanes que ignoran el origen de su apellido, la toponimia de Chaguanas  o Londres. Olvido y pérdida cultural por un lado y alienación por el otro son los temas tratados por Naipaul.

Emigración y desarraigo.

La primera novela que leí les contaba fue “El enigma de la llegada” cambiando dos nombres propios y el de par de ciudades era mi historia, la de miles de cubanos, o mexicanos, o centroamericanos, o centroafricanos. Nuevas vidas, vidas pasadas. La partida exige la valentía de lo por venir, el limbo de lo desconocido y la perspectiva de la aventura humana; la llegada implica aprender lo nuevo, aprender a mirar sobre todo lo nuevo, a ser.

La partida ocasiona inconformidad y desconcierto, mutilaciones y pérdidas, la llegada la esperanza de enriquecimientos inesperados, hallazgos insupeables, nuevas realidades y nuevos seres humanos.  Llegar es un proceso.

Autor siempre a contracorriente, sutil taxidermista del desarraigo y de vidas a mitad de camino.  V. S. Naipaul (1932-2018) nacido en la isla de Trinidad en el seno de una familia hindú, nunca ha dejado de fustigar en sus obras –Una casa para el señor Biswas, La pérdida de El Dorado, Un camino en el mundo, En un Estado libre, Un recodo en el río o Guerrilleros– las múltiples cegueras y contradicciones y la afición a dejarlo todo, cómodamente, en manos de idealizadas demagogias primermundistas o tercermundistas.

Sus novelas son un caudal de frustración, desencanto, autoengaños y angustiosas búsquedas identitarias llegadas tras la descolonización, o si se prefiere, de odiseas visionarias por unos y vidas sacrificadas por otros. Para aumentar su vena de subversión contra lo políticamente aceptado en Occidente como inevitable pero controlado, Naipaul también ha cargado sus tintas duramente contra el fanatismo musulmán y lo que él consideraba el mayor imperialismo de la Historia: el Islam.

Hombre orquesta de diversos géneros, trabajados con igual coherencia y calidad, Naipaul, para seguir encolerizando a muchos, no ha dejado de repartir su crítica entre sus novelas y sus lúcidos y abrasivos ensayos, sin olvidar sus libros de viajes y de memorias.

Experto en recorrer en su papel de observador global varios continentes, Europa, India, Irán, Pakistán, EE.UU., con sus muy diversos y complejos conflictos, su privilegiada perspectiva multicultural, densa y profunda, no deja nada al azar: ni religiones, ni fes en continua expansión, ni fanatismos que se reciclan sin cesar, ni románticas luchas de liberación, así como formas de hacer política, logros y melancólicas derrotas.

En la novela que acaba de aparecer en español  «Guerrilleros» –un libro que, como tantos otros de este autor, fue muy polémico, e incluso calificado de reaccionario en el hoy lejano 1975–, el lector se enfrenta a la amargura de los antiguos luchadores el día posterior a las independencias. El fracaso, la decrepitud antes de la misma construcción de los sueños y la ausencia de un refugio para un ser humano dominan obsesivamente toda esta magnífica narración, ambientada en una isla que nunca se menciona, pero que podría ser…

Cenizas, podredumbre y desolación aportan un único color ambiental, el del detritus, en el que el paisaje calcinado y las vidas arrasadas conforman desde la primera página algo así como un gigantesco vertedero. Un mundo abandonado a su suerte antes incluso de que hayan logrado edificarse las grandilocuentes quimeras largamente disputadas.

Pequeñas guerras…

Estamos frente a algo muy común en este autor, la melancolía e impotencia del poscolonialismo, tal y como apunta uno de los personajes: “Conseguimos las cosas cuando ya no las queremos. El mundo es para la gente que ya lo posee”. Ante ese subuniverso o “no man’sland” “caótico y fallido”  –campos a medio cultivar en estado deplorable, grandes zonas peladas, tierra seca y negra a causa de la última sequía, coches abandonados al borde de la carretera, vestigios herrumbrosos de algo que quiso ser un complejo industrial y más tarde se abandonó–, todos se arrastran como sonámbulos y nadie parece ver nada.

Los protagonistas son ideólogos, héroes y líderes que se formaron en la metrópoli, en Londres, y que ahora han adquirido la forma vaga de soldados, de «guerrilleros». Llevan por fin cada uno “su pequeña guerra” en la otra punta de la tierra, más allá de toda ilusión y una vez pasado el impulso revolucionario. El cambio no es un signo de progreso, sino de permanencia. Las formas de algo que prometía la novedad no revelan más que siniestros signos precursores de un fracaso y de una degradación latente, ya a las puertas.

Por otro lado, la errancia de los personajes de la novela, de una punta a otra del país, y a través de ellos mismos, les ha llevado a habitar en una especie de estado de espera permanente, en el que la rebelión ha dado paso a la parálisis y a un endurecimiento dominado por el miedo, la desconfianza de los que les rodean y un odio abstracto, lleno de resentimiento casi siempre a una reconstrucción abstracta y lejana.

Mientras «los periódicos, la realidad y la televisión hablan sin cesar de la guerrilla» (una amenaza de algo a punto de desencadenarse que pende en cada página, sin llegar a materializarse), la «Comuna del Pueblo por la Tierra y la Revolución», liderada por el carismático líder Jimmy Ahmed, difunde, apelando a mantener viva la lucha, comunicados en toscas hojas ciclostiladas, en la forma de “cuentos de hadas y confusas redacciones escolares”, como comenta Jane, admiradora del movimiento y de la independencia de la Isla, recién llegada de Inglaterra con su compañero, Roche, el héroe arrestado, torturado, juzgado, encarcelado y más tarde deportado, tras las protestas internacionales.

Antiguo hombre de acción, a Jane, que estuvo casada en su día con un joven y ambicioso político, Roche siempre le pareció “diferente a todos los que había conocido hasta entonces”. Si este intelectual revolucionario, refugiado ahora tan sólo en “sarcasmos fáciles y amargos” y autor de un libro mítico que debía liberar a sus compatriotas pero que allí, en su isla de origen, “casi nadie había leído”, es el símbolo del fracaso, Jane, su blanca y nívea compañera, que parece sacada de un despiadado retrato de la novelista A. S. Byatt, es el símbolo de la frivolidad y superficialidad de las izquierdas europeas, hipnotizadas con revoluciones lejanas, que visitarán algún día, para salir corriendo nada más poner los pies en ellas. O lo que es lo mismo: nada más derrumbarse aquellos mitos construidos a cómoda distancia. Como se dice para sí misma, siempre le quedará Londres: la conocida y en cierto modo querida «decadencia» y la «destrucción de una sociedad, que ella había preferido demorar, a favor de luchas más auténticas».

El enigma de la partida y de todas las llegadas.

Usasha…

Hace medio siglo. Buenos tiempos, malos tiempos.

Una chica caminaba sobre una delgada placa de hielo trasparente a la sombra de mil Kraken mientras conversaba con un profeta enloquecido de luz y horror. Ambos, libres como el espíritu de un adolescente, hablaban de un albino, una rosa, un enano, una lámpara, mi libido. Recuerdos.

Un mono gesticulaba en griego.

La chica se detiene, escupe algo sucio sobre el agua congelada, se sobrepone. Camina. Corre. A lo lejos algo se incendia sobre el cielo húmedo y gris. Las llamas azules y naranjas destierran la soledad como una avalancha de miradas a la media noche. La Isla de las tristes mofetas se detiene, se hunde,bajo sus piernas como la Cobra antes de inocular su veneno. Aléjate.

Se interrumpen las comunicaciones.

La chica se detiene, duda, evoca el pasado, dibuja con una aguja de plomo algo sobre el hielo, una runa, un signo de viejas civilizaciones galácticas, una señal con dos significados, cree que todo lo que brilla es oro. Se desnuda lentamente como una serpiente milenaria, lapiel se le torna áspera, traslucida, sexual, en hermoso contraste con el fuego de aquellas tres rocas celestes.

Alucinaciones. Cannabis. Contrastes.

Un alud derrumba el lado de la montaña donde reinaLibitina, se desata un nuevo sonido para una nueva época. Hipnotizado por su oráculo bebo vino de su ombligo, sedientase emborracha con la noche profunda, entonces su cuerpo trasmigra en un hada, en la resurrección de las brujas, una hechicera de ojoslúdicos y mirada órfica, una y otra vez.

El silencio recorre el sonido.

Sobrevivimos bajo el lago congelado con mi néctar y sus hongos alucinógenos. Resulta tan divertido perder y disimular. ¿Verdad?  Sus pezones lucen como los faros del Hades, sus brazos alas emplumadas, su sexo una flor de vainilla que atrae cientos de ceyx y mamíferos de la mañana. No le importa. Se deja poseer con un gemido. Mater Matuta. Nix de misterios eleusinos. A quien le importa, si estoy confundido y desorientado. Ese es mi nombre, mi lugar. Usasha.

Perder y encontrar es tan divertido.

Dejar a una mujer y encontrar otra. Perder un amigo. Estremecerse. Golpearse.  La chica carga sus armas e invita a sus amigas. Lee una poesía desnuda. Se estremece. Susurra. Dispara balas de hielo toda la noche peroyo no sangro. Soy como las batallas de los hombres, inmune, eterno.

Escucho, desde el Zeppelin en llamas, su lamento y risa.