Jamal Khashoggi & Hatice Cengiz

Sin lugar a dudas uno de los asesinatos más brutalmente incomprensibles ha sido el del periodista saudí Jamal Khashoggi. En un extenso artículo, “Jamal Khashoggi era mi prometido; sus asesinos siguen libres” para el New York Time la novia turca de Jamal, Hatice Cengiz desde un profundo y estremecedor dolor nos escribe: 

“Mi corazón sentía una pena más grande porque incluso después del asesinato de Jamal y de la condena mundial que inspiró, Arabia Saudita ha seguido cometiendo atrocidades. Arabia Saudita al parecer planea ejecutar a tres académicos reformistas encarcelados: Salman al Awda, Awad al Qarni y Ali al Omari”.

La impunidad del reino multimillonario del Medio Oriente.

Además, nos relata lo que ha sido su vida desde aquella mañana cuando Jamal desapareció dentro del Consulado de Arabia Saudí en la capital Turca.

Una historia de horror y espanto, por la que Estados deliberadamente asesinen de forma incompresiblemente atroz a ciudadanos en otros territorios, dentro de sus facilidades diplomáticas y con la complicidad de otros Estados, por el simple hecho de emitir juicios críticos.  Impunidad que se permiten a plena luz pública y sin la menor muestra de remordimiento.

El asesinato de Khashoggi expresa la experta en derechos humanos de la ONU, Sra. Agnes Callamard la relatora especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, dice en un extenso reporte que Arabia Saudita es responsable de la «ejecución premeditada».

Se lee en el reporte de Agnes:

By appointment, on 2 October 2018, Mr. Kashoggi entered the Consulate of the Kingdom of Saudi Arabia in Istanbul, to obtain papers he needed to pave the way for his marriage to his fiancée, Ms Hatice Cengiz.  She waited outside the Consulate for him to return, but brutally slain within the Consulate, he never would; the bitter reality of his murder made all the more poignant by the joyous purpose for which he entered the Consulate in the first place.

Mr. Khashoggi’s execution is emblematic of a global pattern of targeted killing of, and threats against, journalists and media workers that is regularly denounced by States, UN agencies, Special Procedures, and by numerous international and national human rights organisations. 

El periodista saudí Jamal Khashoggi fue víctima de una ejecución extrajudicial premeditada, de la que es responsable el Estado de Arabia Saudita, según un informe publicado la Relatora Especial de la ONU sobre asesinatos extrajudiciales, sumarios o arbitrarios.

Tras una investigación de seis meses, Agnes Callamard emitió sus conclusiones sobre el asesinato en el pasado mes de octubre de Khashoggi en el consulado de Arabia Saudita en Estambul, analizando pruebas basadas en el derecho internacional de los derechos humanos y considerando medidas que podrían haber evitado su asesinato.

«Las circunstancias de la muerte del Sr. Khashoggi han llevado a numerosas teorías y acusaciones, pero ninguna altera la responsabilidad del Estado de Arabia Saudita», se lee en el informe.

“Agentes del estado saudí, 15 de ellos, actuaron bajo la cobertura de su estado oficial y utilizaron medios estatales para ejecutar al Sr. Khashoggi”.

“Su asesinato fue el resultado de una planificación elaborada que involucró una amplia coordinación de importantes recursos humanos y financieros. Fue supervisado, planificado y respaldado por funcionarios de alto nivel. Fue premeditado «.

El informe cita seis violaciones del derecho internacional:

  1. la prohibición contra la privación arbitraria de la vida, un principio fundamental del derecho internacional;
  2. la prohibición contra el uso extraterritorial de la fuerza tal como está consagrado en la Carta de las Naciones Unidas;
  3. el requisito de que los estados usen misiones consulares para propósitos oficiales;
  4. la prohibición contra la tortura, en los términos de la Convención contra la Tortura, ratificada por Arabia Saudita, y;
  5. la prohibición contra la desaparición forzada, y;
  6. al matar a un periodista, el Estado de Arabia Saudita cometió un acto incompatible con un principio fundamental de las Naciones Unidas, la protección de la libertad de expresión.

“El asesinato del Sr. Khashoggi constituye, por lo tanto, un crimen internacional sobre el cual otros Estados deberían reclamar la jurisdicción universal. Hago un llamamiento a esos Estados para que tomen las medidas necesarias para establecer su competencia para ejercer su jurisdicción en virtud del derecho internacional sobre este delito de ejecución extrajudicial», dijo Callamard.

El Relator Especial también determinó que había pruebas creíbles, lo que justifica una investigación adicional de la responsabilidad individual de los funcionarios saudíes de alto nivel, incluida la del Príncipe Heredero. Tras la ejecución de Khashoggi, el informe señala que Arabia Saudita tomó medidas tímidas para cumplir con sus obligaciones, pero que se han producido cuatro violaciones más:

  1. la responsabilidad de investigar, de manera efectiva, transparente y de buena fe;
  2. el deber de cooperación internacional en la investigación de muerte ilegal;
  3. garantías de juicio justo; y
  4. La obligación de no repetición.

Callamard pidió al Consejo de Derechos Humanos, al Consejo de Seguridad o al Secretario General de las Naciones Unidas que realicen una investigación penal internacional de seguimiento con el fin de determinar la responsabilidad individual e identificar opciones para la rendición de cuentas judicial. El informe indicó que era preocupante que, hasta la fecha, la ejecución del Sr. Khashoggi hubiera tenido tan pocas respuestas internacionales efectivas, ya sean legales, políticas o diplomáticas, aunque varios Estados habían emitido sanciones específicas contra funcionarios saudíes.

«Estos deben continuar. Son importantes pero insuficientes. El delito cometido fue un asesinato del Estado. Estas sanciones en particular contra 17 o más individuos actúan como cortinas de humo, desviando la atención de la responsabilidad del Estado», se lee en el informe. «Las sanciones actuales tampoco abordan las cuestiones centrales de la cadena de mando y las responsabilidades de los altos directivos y las relacionadas con la ejecución».

El informe también pidió a Arabia Saudita que libere a todos los individuos encarcelados por la expresión pacífica de su opinión y creencia; y realizar una evaluación en profundidad de los actores, instituciones y circunstancias que hicieron posible la ejecución del Sr. Khashoggi.

El informe también incluye una serie de recomendaciones dirigidas a Turquía y los Estados Unidos, así como a los Estados miembros en general y a los actores corporativos. Además, recomienda el establecimiento de nuevos mecanismos a nivel de la ONU para fortalecer la prevención y la investigación criminal de los asesinatos selectivos. El Relator Especial está muy agradecido al Gobierno de Turquía por su buena voluntad y cooperación.

La Sra. Agnes Callamard (Francia), Relatora Especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, tiene una carrera distinguida en derechos humanos y trabajo humanitario en todo el mundo. La Sra. Callamard es la Directora de Libertad Global de Expresión de Columbia en la Universidad de Columbia y ha trabajado anteriormente con el Artículo 19 y Amnistía Internacional. Ha asesorado a organizaciones multilaterales y gobiernos de todo el mundo, ha dirigido investigaciones de derechos humanos en más de 30 países y ha publicado numerosos artículos sobre derechos humanos y campos relacionados.

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3 opiniones en “Jamal Khashoggi & Hatice Cengiz”

  1. Lo nismearon (como dirían los argentos), en fin que se puede esperar de un país como Arabia Saudita + Islam = ¿? saque usted sus propias conclusiones, !uy! toqué el tema de la religión sin querer queriendo.

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