Una vez ahí, sentado entre las rocas que devoran la base de los Pirineos quizá, si la claridad del cielo lo permite, se aprecie la vista deslumbrante de una Barcelona aérea desprovista de los trazos de las ideas y los lazos de los políticos, y ves aparecer en el horizonte el Mediterráneo, ciudad-mar-condal que se emborracha con media docena de tragos en “La Venta”.
En latín, tibidabo significa ‘te daré’, que son las palabras que el diablo usa para tentar a Jesús. Desde esta montaña el diablo tienta a la ciudad de Barcelona y sus gentes con el “te daré”. Después de todo el Diablo es el primer lógico, y que se levantara de esta montaña para intentar tentarnos con todos los placeres de este mundo, tiene (diabólica) lógica.