Aquella fuente, el paraíso mojado, era mi país. No se puede ver a tu país de frente. Nunca. O, al menos, cuesta años. O un precio aún mayor. Algo que ha perdido el valor por los siglos y la indiferencia de los hombres, como aquella fuente gris donde terminaba mi calle adornada de unos framboyanes en flor desprovistos ya de la tranquilidad de la noche o el susurro de los gorriones muertos por el ultimo huracán. Cielo de aquellos arlequines colores de arco iris. Éramos muchos por aquel entonces; ahora solo soy Yo. El resto, solo el silencio de las piedras. La acústica silenciosa de lo que hace un par de décadas era un pequeño ruido que brotaba de la fuente. Una calle, una ciudad que intranquila dormía despreocupada a espaldas del mar. Mis padres que bromeaban sobre el pasado y mis abuelos que se mofaban del futuro. Y, ahora, solo, a solas; con ese ruido de los recuerdos, pienso en los muros que reducían por igual al océano y al cielo transparente de una ciudad que contenía entre sus columnas al Paraíso…un Génesis poblado de mangos y framboyanes, una fuente seca observando a su Adán y Eva a punto de regalarse una felación; previendo, esperando el castigo de un Dios odioso. Una ciudad fundada por asesinos de Sevilla y sacerdotes de Castilla. Ahora, me queda el dormitorio vacío del abuelo o el de los primos que se fueron una fría mañana de febrero, que no volvería a ver en 20 años…como la vía blanca del tren o la fábrica convertida en refugio de muñecas rotas. El puente del suicida abrazado por los mercaderes de siempre o la intersección que nos lleva al verde de las orillas. Una fuente seca y azul que mira con desdén la ausencia de agua.
A LO MEJOR ESE DIOS ODIOSO QUE DESCRIBES EN TU REDACCIÓN ESCRITO A DADO TODO POR TI AÚN CUANDO TU MISMA TE HAS MOSTRADO ODIOSA EN ALGUNOS MOMENTOS DE LA VIDA, ÉL TE ESCUCHAY TE VE NO LO DUDES NUNCA.
Una aclaración; elemental, es escrito por «tú mismo», no «tú misma»; claro que Dios me escucha y yo le escucho; cada día al amanecer una pequeña familia de tetrax tetrax anidada en mi terraza entonan una sintonía de cantos que imagino es la propia voz de Dios.
YO HABLO DE TI NO DE LA FAMILIA QUE SE REUNE EN TUTERRAZA, Y DISCULPA LO DE TU MISMA HUXLEY, REALMENTE DIOS QUIERE TENER UN ENCUENTRO CON CADA UNO DE NOSOTROS.
Realmente como le explicaba, yo, personalmente, tengo un encuentro con Dios cada día, ya le dejare mis ideas en un próximo post, gracias por leer y opinar, o evangelizar, no sé muy bien.